Se avecina la segunda ola de calor del año: ¿Cómo afectará a nuestro cuerpo?

El calor puede ser un riesgo para nuestra salud. Pasar muchos días a temperaturas muy elevadas hace que nuestro cuerpo se caliente y puede causar desde mareos hasta el temido golpe de calor, que en el peor de los casos deriva en la muerte. ¿Qué le pasa al organismo durante una ola de calor?

La primavera trajo un tiempo muy cambiante este año en España, pero el verano ha empezado por todo lo alto. Si bien no faltan las tormentas en gran parte de Cataluña, Aragón o la Comunidad Valenciana, con granizo grande y rayos incluidos, el calor es el claro protagonista en prácticamente todo el país. Sin ir más lejos, en Huelva hizo 44,4 ºC la pasada semana. Y ojo, porque viene más calor.

¿Cómo afecta el calor a nuestro cuerpo?

El calor extremo no es bueno, como tampoco lo son los altísimos niveles de radiación solar de estos días.

Los humanos somos de sangre caliente, puesto que tenemos una temperatura corporal constante independiente de la temperatura exterior. O lo que es lo mismo, tenemos un organismo homeotermo.

Esa temperatura interna no suele exceder los 37 ºC, haga frío o calor en la calle, pero si nos exponemos durante demasiado rato a temperaturas extremas, el cuerpo puede llegar a los 40 ºC o más, y entonces empiezan los problemas.

Con esta temperatura corporal, el organismo no puede realizar las funciones nerviosas, hormonales y metabólicas habituales como es debido, y se pone en marcha para enfriarse. El mecanismo por el que el cuerpo autorregula su temperatura es mediante la sudoración.

Mediante el sudor, el cuerpo libera calor, y al evaporarse ese sudor la piel se enfría. Por eso, a más calor, más sudamos.

Síntomas de un golpe de calor

Pero hay veces que ni esto es suficiente, y empiezan los síntomas de un golpe de calor.

  • Inicialmente el cuerpo nos alerta mediante la ausencia de fuerza física o sensación de debilidad, lo que llama adinamia;
  • Cansancio;
  • Sudoración excesiva;
  • Hipotensión por vasodilatación periférica;
  • Calambres musculares;
  • Dolor de cabeza,
  • Sensación de aturdimiento.

También podemos sufrir mareos o náuseas, ya que el cuerpo hace un esfuerzo excesivo por enfriarse. Si no nos hidratamos como es debido y logramos enfriar el cuerpo a tiempo, podemos llegar a sufrir un paro cardíaco, lo cual es un riesgo mayor en personas mayores, niños o personas con enfermedades cardiovasculares.