Del ‘ozempic’ a la ‘retatrutida’: la frenética carrera de las farmacéuticas en busca de nuevos fármacos contra la obesidad
A diferencia de los tratamientos conocidos, la 'retatrutida' actúa sobre 3 hormonas reguladoras del apetito diferentes
En dos ensayos ha mostrado una pérdida media de 26,3 kilos en 11 meses y de 17 kilos en 9 meses
El gran avance contra la obesidad ha sido descubrir que los fármacos contra la diabetes son efectivos para controlar elapetito
En la carrera de la lucha contra la obesidad surge periódicamente un nuevo fármaco que presenta resultados espectaculares. Los estudios se presentan tan seguidos que, en el congreso de la Asociación Estadounidense de Diabetes que se está celebrado estos días en San Diego, no se han terminado los aplausos a un resultado clínico cuando se conoce otro estudio aún mejor. Y en esa 'foto finish', de momento el ganador está siendo la retatrutida, una molécula que ha conseguido provocar una reducción de peso similar a la cirugía bariátrica.
Dos ensayos clínicos sobre sus efectos presentados han dejado a los asistentes entusiasmados hasta el punto, que según relatan algunos testigos, se aplaudió y se vitorearon los resultados.
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En el primero, publicado en el New England Journal Medicine, los pacientes con obesidad que recibieron la dosis semanal más alta de retatrutida (12 mg) perdieron una media de 26,3 kilos en 11 meses. En el otro estudio presentado y publicado en The Lancet los pacientes perdieron alrededor del 17% de su peso corporal en 9 meses.
“No se habían visto antes resultados como este en un ensayo de menos de un año de duración con un medicamento contra la obesidad”, ha explicado sobre su importancia Ania Jastreboff, directora del Centro de Investigación de Obesidad de Yale y principal autora de un estudio que ha empezado a correr también por redes sociales:
El entusiasmo de los expertos responde a que, de acuerdo con los resultados, no solo se ha obtenido una reducción significativa de peso en poco tiempo, con un efecto similar al que se obtienen con la cirugía bariátrica, además el tratamiento ha sido capaz de mejorar significativa en el contenido de grasa en el hígado y se logró la remisión de la diabetes mellitus tipo 2 en un tercio de los pacientes.
Ambos ensayos están en fase dos, por lo que aún les queda recorrido, acaban de entrar en fase III lo que implica más muestras y previsiblemente más evidencias de su eficacia. "Ni un solo fármaco había alcanzado el 17%, y aún no se ha visto nada", ha explicado el doctor Julio Rosenstock, del Centro Médico Southwestern (Universidad de Texas) y autor del estudio publicado en The Lancet.
En el ensayo publicado en el NEJM, los pacientes con obesidad no solo perdieron una media de 26,3 kilos en 11 meses, además su peso siguió bajando al terminar las pruebas. Lo que según los investigadores sugiere que en ensayos más largos la pérdida podría ser aún mayor.
La hormona triple G
La retatrutida es, como el resto de tratamientos tan de moda últimamente, una inyección semanal de hormonas (de la compañía farmacéutica Eli Lilly), que modifica la forma de comer provocando "una sensación temprana de saciedad y una disminución del apetito".
Pero a diferencia de los tratamientos conocidos de Ozempic, Wegovy o Mounjaro es más potente porque actúa sobre 3 hormonas reguladoras del apetito diferentes: GLP-1 (como los otros dos tratamientos) y el GIP y glucagón.
- El polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa (GIP), ayuda a controlar el azúcar en la sangre.
- El glucagón, puede ayudar a suprimir el apetito y aumentar el gasto de energía. Una acción "triple G", como la denominaron algunos científicos, que se está demostrando tremendamente eficaz.
Ambos ensayos se congratulan también porque aproximadamente un tercio de los pacientes con diabetes de tipo 2 que tomaron el fármaco recuperaron niveles normales de azúcar en sangre mientras lo tomaban.
Los tratamientos nacen de la lucha contra la diabetes
Al margen de la reducción de peso que se está viendo con el uso de retatrutida, el gran avance ha sido descubrir que los fármacos contra la diabetes son un perfecto aliado para luchar contra el sobrepeso. A través de ellos se ha conocido el camino de las hormonas naturales que fabrica el tubo digestivo para regular la saciedad.
En los últimos años dos agonistas del receptor GLP-1 dieron la primera pista sobre por donde había que ir. Imitando a esta hormona (GLP-1), que ayuda a regular el azúcar en la sangre, lograron que las personas se sintieran saciadas antes y por tanto dejaran de comer perdiendo peso.
Estos fármacos basados en la semaglutida, un receptor que lleva a que el páncreas libere insulina,han tenido tanto éxito y se han hecho tan populares que en ocasiones se ha tenido hasta problemas de distribución.
Aunque en cualquier caso, el gran avance ha sido comprobar que los medicamentos basados en la GLP-1 logran engañar a las áreas del cerebro que regulan el apetito. En esto se basan los fármacos Wegoby y Ozempic a los que hace poco les salió un duro competidor aún más efectivo, el Mounjaro.
Un estudio ha demostrado que los pacientes que tomaron este fármaco, basado en la tirzepatida, tuvieron reducciones de peso aún más acusadas de los niveles de azúcar en sangre y una mayor pérdida de peso que los anteriores. Este principio actúa como 'coagonista de los receptores de GIP y GLP-1', y no solo contra el GLP 1. De momento, eso sí, este tratamiento ha sido aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) sólo para pacientes con diabetes tipo 2.
La buena noticia que se ha comprobado también es que los efectos secundarios que presentan no dejan de ser más graves que unas nauseas y poco más. Pero eso sí, tanto la trizepatida como la semaglutida han ayudado a las personas con obesidad a perder peso con inyecciones, lo que puede ser un problema para algún paciente.
Todos estos fármacos, retatrutide incluido, se administran a través de inyecciones hormonales semanales, un proceso que puede no ser del agrado de todos los pacientes, y de ahí que la llegada de otra presentación, que se administra vía oral ha sido también recibido con entusiasmo. El Orforglipron, otro agonista del receptor de GLP-1 no peptídico llega en en forma de píldoras y por tanto se administra vía oral. Toda una ventaja que puede que finalmente le situé en la cabeza de esta carrera contra la obesidad.