La historia de Meritxell representa esperanza en la lucha contra el cáncer. Han pasado ya 16 años desde que fuese diagnosticada concretamente de un cáncer agresivo de riñón, pero tras tomar un medicamento oncológico, junto con unas peculiaridades genéticas, ha sobrevivido por encima de todas las expectativas. El estudio de su caso, de hecho, ha permitido salvar más vidas.
Todo comenzó con un pequeño dolor que la llevó a urgencias. Fue entonces cuando le diagnosticaron la enfermedad: “Tenía metástasis y la cosa pintaba mal. Pintaba muy mal”, subraya la propia Meritxell.
En el ‘Hospital de la Santa Creu y Sant Pau’, sin embargo, se encontró con el oncólogo y el fármaco que cambiarían el mal pronóstico: “Empezaron a remitir a una velocidad muy rápida todas las metástasis”.
Fue entonces cuando los especialistas se hicieron una pregunta clave: “¿Por qué esos pacientes responden muy bien, mucho mejor que otros?”
La colaboración entre los investigadores del Sant Pau y el Centro de Investigaciones Oncológicas dio con la respuesta: una mutación genética.
“Es una que actúa sobre el envejecimiento celular. El fármaco lo que hace es bloquear esa vía de crecimiento. Entonces, aunque está mutado y activa esta vía, como no puede reaccionar, porque el fármaco no le deja, el tumor regresa”, explican los oncólogos.
Conocer esta rareza que potencia el fármaco para cáncer de riñón ya ha beneficiado a otros dos pacientes, algo que reconforta a Meritxell, que pide no cesar en la investigación y la lucha: “Que haya más gente que se pueda beneficiar de esto y, sobre todo, que investiguen”.