España es un país puntero en trasplantes de órganos. Y que sea así es mérito de médicos, de enfermeras, de un sistema perfectamente coordinado y, fundamentalmente, de los donantes. Sus familias merecen todos los homenajes, en especial, aquellas que, sobreponiéndose al dolor de la pérdida de un hijo pequeño, dan ejemplo de solidaridad para ayudar a que otros tengan una oportunidad.
La complicidad de Montse, coordinadora de trasplantes, y Maca, madre de Bruno, surgió con la donación de órganos de su pequeño: "Es como un contrasentido, estar pensando que vas a donar los órganos de la persona a la que más amas", señala la progenitora.
Maca y Rafa, los padres de Bruno, vivieron el avance de la Encefalopatía Espongiforme Transmisible (EET) junto a su hijo, una enfermedad rara frente a la que hicieron lo imposible. También el niño, vecino de Boadilla del Monte (Madrid), hasta que no pudo más a finales del 2022. Acababa de cumplir 12 años.
La familia tuvo tiempo para despedir a su hijo: "Se convirtió en uno de los momentos de más paz, más dulce, para despedirme de mi hijo", señala Maca. La posibilidad de donación movilizó al equipo de trasplantes. Y el sí de los padres hizo posibles seis intervenciones -a otros niños e incluso adultos-.
"Nos ha ayudado muchísimo en el proceso de duelo. Es verdad que nos ha llenado de amor, un amor brutal por Bruno. Y es verdad que siempre lo decimos: 'Bruno está viviendo seis vidas diferentes'", sentencia su madre.
La ausencia duele, pero la donación, dice Maca, reconforta: "El pensar que otras familias iban a tener la oportunidad de tener esa llamada en la que te dicen: 'hay un órgano para tu niño'". Este año más de 1.010 donantes han dado una opirtunidad a 2394 personas.