Qué son las ‘horas doradas’ después de un trauma y cómo podemos ayudar a una víctima
Explicamos qué son las ‘horas doradas’ después de sufrir un trauma y porqué es importante saber cómo actuar en ese periodo de tiempo
El tipo de apoyo emocional que una persona que ha sufrido un trauma recibe justo en las horas posteriores al suceso afecta al impacto que ese suceso tendrá en su salud mental
Las ‘horas doradas’ son una ventana de oportunidad en la que se puede intervenir para que un evento traumático sea procesado de una manera menos dañina
¿Alguna vez te has preguntado por qué unas personas afrontan mejor que otras los vaivenes de la vida o por qué ante el mismo suceso traumático unas personas salen a flote y otras, por el contrario, quedan tocadas por la herida emocional para el resto de sus vidas?
Las características personales han sido durante años la explicación a este fenómeno de diversidad en el afrontamiento del trauma. Efectivamente la personalidad y el contexto de cada persona influye en la manera en que vamos a procesar un suceso adverso y traumático en nuestras vidas; de eso no hay ninguna duda. Pero ¿es esto lo único que influye? desde hace unos años son muchos los profesionales de la salud mental que están poniendo su atención en un detalle que había pasado inadvertido hasta ahora, pero que puede ser crucial en el impacto que un suceso traumático puede llegar a tener en nuestra salud mental: se trata del tipo de apoyo y asistencia emocional que una persona que ha sufrido un trauma recibe justo en las horas posteriores al suceso; justo en las llamadas ‘horas doradas’ después del trauma.
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Qué son las horas doradas después de un trauma
El psiquiatra israelí Joseph Zohar acuñó este concepto de horas doradas por primera vez en una publicación del National Post-Trauma Center de Sheba (Israel) que dirige.
Con el término ‘horas doradas’, Zohar se refiere al tiempo que transcurre entre el evento traumático y la manifestación de un trastorno como consecuencia de ese trauma. Ese tiempo se convierte en una ventana de oportunidad en la que se puede intervenir para que dicho evento traumático sea procesado de una manera menos dañina para la víctima.
Todo lo que se haga y/o diga en estas horas doradas a una persona que ha experimentado un suceso adverso o traumático puede cambiar radicalmente el rumbo de su salud mental en el futuro.
Una intervención temprana a nivel emocional tras una experiencia traumática puede cambiarlo todo, como explica Zohar. Sin embargo, la manera de proceder más extendida en nuestra cultura suele tener que ver más bien con anestesiar el dolor emocional a base de fármacos, o con esconder el malestar y dejar que ‘el tiempo lo cure’. Ambas situaciones son una manera de curar la herida con el dolor aún dentro y ese es el caldo de cultivo perfecto para que florezca algún tipo de patología en el medio y/o largo plazo, como un Trastorno de Estrés Postraumático y otros trastornos psicológicos como la depresión.
Muchas veces las intenciones son buenas pero las acciones que llevamos a cabo para tratar de ayudar a una persona en esa situación son contraproducentes
Además de ser conocido por haber descrito este concepto de ‘horas doradas’, el doctor Joseph Zohar, es uno de los mayores expertos en el abordaje de esas ‘horas doradas’, es decir, en aquello que debemos hacer y no debemos hacer en esas horas cruciales cuando estamos con alguien que acaba de experimentar una vivencia traumática.
Muchas veces las intenciones son buenas pero las acciones que llevamos a cabo para tratar de ayudar a una persona en esa situación son contraproducentes. Por ejemplo, tan malo es no hablar del asunto doloroso como si nada hubiera ocurrido -desde la creencia de que así ayudaremos a la víctima a olvidar y pasar página-, como no hablar de otra cosa que no sea ese suceso traumático -desde la creencia de que así la víctima procesará o digerirá mejor el trauma-.
Distraer del hecho traumático, no del sufrimiento
Una de las recomendaciones de Zohar tiene que ver con ayudar a la víctima a que el hecho traumático tenga un impacto mínimo en su memoria. Según Zohar, las primeras horas (hasta alrededor de tres días) después de una experiencia traumática es un periodo de tiempo crucial para la consolidación de la memoria a largo plazo.
Podemos intervenir para que, en esas horas posteriores, sin dar la espalda al sufrimiento de la víctima ni invalidar su dolor, la atención de la víctima no esté centrada todo el tiempo en los hechos traumáticos en sí, en los detalles de lo sucedido y por tanto esta persona esté reviviendo ese momento doloroso.
Las ‘horas doradas’ son posiblemente uno de los pocos momentos en los que la represión de los recuerdos como estrategia de afrontamiento tiene utilidad. La idea es evitar que en esas ‘horas doradas’ la mente de la víctima esté colonizada por imágenes y pensamientos traumáticos dado que, al estar unidos a emociones difíciles, quedarán grabados en su memoria a largo plazo de una manera muy profunda.
La estrategia a seguir para que no se constituya la memoria traumática sería la de distraer a la víctima del recuerdo del hecho traumático, pero no distraerla de su sufrimiento ni actuar como si nada hubiera pasado.
Recordar a la víctima que no está sola
Esto significa que debemos encontrar el punto de equilibrio perfecto para que la víctima no deje de sentirse acompañada en todo momento. No es fácil, y cada situación requerirá su propia manera de actuar, pero lo cierto es que la evidencia demuestra que pequeños gestos de apoyo -algo tan simple como recordarle a alguien que no está solo- reduce el riesgo de desarrollar condiciones que permanecen por años.
Con eso sería suficiente, de hecho un importante metaanálisis de 68 estudios sobre factores predictores de Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) identificó que el hecho de buscar ayuda y establecer comunicación con personas significativas en los días posteriores a sufrir un trauma, reduce el riesgo de desarrollar un TEPT.
Durante las horas posteriores a haber experimentado un suceso traumático no se debe participar en sesiones informativas o grupales en las que se revivan esos recuerdos ya que estos pueden quedar reforzados
A raíz de la guerra de Ucrania, la médica y psicóloga clínica Iryna Frankova de la Universidad Médica Nacional de Bogomolets en Kyiv, se ha convertido en importante activista de los llamados primeros auxilios psicológicos en su país. Junto a Artem Lezin, un especialista en computación y desarrollador de aplicaciones crearon y pusieron en funcionamiento la aplicación "Friend. First Aid" para ofrecer de forma rápida y accesible a sus compatriotas ayuda en temas de salud mental después de un trauma.
Lo primero de lo que informa esta aplicación es de lo importante que es la comunicación con los seres queridos como "arma" para luchar contra las consecuencias del trauma. Sin embargo, la aplicación también insiste en que durante las horas posteriores a haber experimentado un suceso traumático no se debe participar en sesiones informativas o grupales en las que se revivan esos recuerdos ya que estos pueden quedar reforzados a medida que pasan de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo y contribuir así a perpetuar la impronta traumática.
Por qué no administrar psicofármacos en las horas doradas
Además de brindar apoyo, seguridad, compañía y sostén emocional a una persona que ha sufrido un trauma y además de no dejar que se regodee en los recuerdos del acontecimiento traumático durante las horas doradas, los expertos recomiendan que en esta horquilla decisiva de tiempo, se evite administrar psicofármacos. Esto se debe a que su uso solo serviría para narcotizar y anestesiar a la víctima y por tanto a bloquear la expresión del dolor tan necesaria en este momento.
Tal vez sostener el dolor ajeno sea difícil para nosotros si no estamos habituados a ello, sin embargo, esa es la mejor ayuda que podemos ofrecer a una persona que ha sido víctima de un hecho traumático.