Probióticos, prebióticos y postbióticos: ¿en qué se diferencian?

El interés por el bienestar y la salud no ha parado de crecer, gracias sobre todo a los nuevos hallazgos de los investigadores. Este hecho ha provocado que los términos probióticos, prebióticos y últimamente postbióticos sean cada vez más habituales. No en vano, todos ellos son sustancias que ayudan a nuestro organismo.

Eso sí, a pesar de ser considerados bióticos, su naturaleza no es, ni mucho menos, similar. Es más, se podría decir que todos ellos están conectados y forman parte de un mismo proceso.

Probióticos

Según el Diccionario de la Real Academia Española, la definición de probiótico en su primera acepción es la siguiente: “Dicho de un microorganismo: Que ayuda a mantener equilibrada la flora intestinal”. Es decir, cuando hablamos de probióticos, lo estamos haciendo de bacterias que se encuentran en el intestino y proporcionan beneficios a quienes las albergan.

  • Beneficios. Las bondades de los probióticos en la flora intestinal son muchas, ya que mantienen a raya a los microorganismos perjudiciales para la salud. De este modo, previenen la diarrea, mejoran la absorción de nutrientes, reducen el síndrome del intestino irritable, facilitan la digestión y fortalecen el sistema inmunológico, entre otras virtudes.
  • Alimentos. Estos probióticos se encuentran presentes en algunos alimentos cuya ingesta favorece que la microbiota intestinal esté en equilibrio. Los más habituales son los fermentados como el yogur o el kéfir, así como otros, tales como el miso, el kimchi, la kombucha, el chucrut (col fermentada), etc.

Prebióticos

Volviendo al diccionario de la RAE, la segunda acepción de prebiótico es la siguiente: “Dicho de un microorganismo: Que favorece la proliferación o la actividad de bacterias intestinales beneficiosas”. Así pues, en el caso de los prebióticos estamos hablando de sustancias destinadas a “alimentar” a los probióticos, con el objetivo de que estos realicen su labor beneficiosa para el organismo. Para ello, el cuerpo humano no debe ser capaz de digerirlos, de manera que llegan hasta el intestino en perfecto estado para permitir el crecimiento de los probióticos.

  • Beneficios. Como se puede deducir, sus beneficios están relacionados con los que aportan los propios probióticos, y además ayudan a regular el azúcar en sangre, a absorber mejor los minerales y a reforzar el sistema inmunológico.
  • Alimentos. En cuanto a los alimentos que debemos ingerir para conseguir una buena dosis de prebióticos, hay que mencionar los siguientes: la avena, las verduras, las frutas y los cereales. Eso sí, destacan especialmente el ajo, las cebollas, las alcachofas, los plátanos y los espárragos. No obstante, en general la dieta mediterránea es rica en prebióticos.

Postbióticos 

En el caso de los postbióticos, aún no es un término que podamos encontrar en el diccionario, ya que es de nuevo cuño. Si los prebióticos “dan de comer” a los probióticos, los postbióticos son los compuestos que son creados por esos mismos probióticos. Dicho de otro modo, los prebióticos ayudan a crecer a los probióticos y estos a su vez generan sustancias beneficiosas (metabolitos) que se denominan postbióticos. 

  • Beneficios. Además de proteger la barrera intestinal, mejoran la absorción de nutrientes y proporcionan propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
  • Alimentos. Aún no hay demasiados estudios al respecto, pero se considera que algunos alimentos los proporcionan sin necesidad de que sean creados por los probióticos. Entre ellos hay que mencionar el vinagre de manzana, el kimchi, el tempeh, el miso, el yogur e incluso el pan de masa fermentada, entre otros.