La Consejería de Sanidad de Cantabria había activado el protocolo por fiebre hemorrágica ante un posible caso de la enfermedad del virus de Marburgo —similar al ébola— en una paciente ingresada en el Hospital santanderino de Valdecilla y que había regresado recientemente de Guinea Ecuatorial, pero tras los análisis pertinentes ha dado negativo en PCR al virus de Marburgo, Ébola y fiebre de Lassa
El centro cántabro ha activado el protocolo por un caso sospechoso de fiebre hemorrágica de mujer de mediana edad que acudió al servicio de Urgencias el miércoles por la tarde. La paciente se encuentra en un box de aislamiento "con las medidas de protección adecuadas" y está "estable".
Las muestras han sido enviadas para su análisis al Centro Nacional de Microbiología para determinar el diagnóstico y los resultados han concluido que no tiene ni virus de Marburgo, ni Ébola ni fiebre de Lassa, de acuerdo con la información proporcionada por estas fuentes sanitarias.
Antes de conocerse los resultados, el director general de Salud Pública de Cantabria, Reinhard Wallmann, ha lanzado un mensaje de "tranquilidad" en el sentido de que la paciente está "estable" y los síntomas "incluso se han reducido".
El responsable sanitario ha señalado que la mujer tiene una sintomatología clínica compatible con una fiebre hemorrágica y acaba de regresar de un viaje a Guinea Ecuatorial, lo que ha "levantado la sospecha de un caso de enfermedad de virus de Marburgo". Finalmente, se ha descartado que porte el virus en su organismo.
Wallmann ha recordado también en su intervención que a la paciente le diagnosticaron paludismo el año pasado y "eso es muy compatible con su cuadro clínico y es el diagnóstico más probable". Así, presenta síntomas propios del paludismo pero también rectorragia "y eso es un síntoma no tan típico de paludismo, pero puede ser", ha detallado.
Durante su viaje de mes y medio por Camerún y Guinea Ecuatorial, la paciente ha sido tratada de paludismo, con lo que "puede ser una reactivación o una reinfección del paludismo". "Es el diagnóstico más probable", ha reiterado, si bien "cabe la posibilidad de que haya adquirido otro tipo de enfermedad gastrointestinal que produce esa rectorragia", ha indicado Wallmann.
Como medida de precaución, y antes de hacer las PCR, el Ministerio de Sanidad ha señalado que con esta paciente se estaba siguiendo el protocolo dado a conocer el pasado mes de febrero, debido al brote de Marburgo que se produjo en Guinea Ecuatorial, con recomendaciones e instrucciones ante la sospecha de un caso.
Ante un ante un caso en investigación o confirmado, el protocolo pide la comunicación urgente a todas las personas/servicios que vayan a estar implicadas en el manejo del paciente o de sus muestras, así como transporte del paciente, cuando sea requerido.
Los casos en investigación o confirmados deben usar mascarilla quirúrgica desde su identificación y durante el transporte y la hospitalización. Además, se deberán ingresar en habitación individual (con baño propio) con puerta cerrada con acceso restringido a personal esencial para la atención y cuidado del paciente y estar localizada en una zona poco transitada.
Asimismo, es recomendable que los casos confirmados sean tratados en alguno de los hospitales que disponga de Unidades de Aislamiento de Alto Nivel (UAAN). Se debe establecer un registro con hora de entrada y salida de las personas que entran en la habitación, así como de las actividades realizadas en cada acceso y de los incidentes o accidentes que concurran en las mismas.
Las personas en contacto con el posible caso deben cumplir un medidas de protección. Ante un caso que cumpla criterios de caso en investigación se iniciará la identificación de contactos, que será interrumpida si se descarta el caso tras los resultados de laboratorio. Asimismo, se deben de seguir una serie de precauciones durante la toma, transporte y procesamiento de muestras.
Al igual que el ébola, el virus de Marburgo provoca hemorragias repentinas y puede producir la muerte en pocos días, con un periodo de incubación de dos a 21 días y una tasa de mortalidad de hasta el 88%.
Los murciélagos de la fruta son los huéspedes naturales de este virus, que, cuando es transmitido a los humanos, puede ser contagiado mediante contacto directo con fluidos como la sangre, saliva, vómitos u orina. La enfermedad, para la que no hay vacuna ni tratamiento específico, fue detectada en 1967 en la ciudad alemana de Marburgo —origen de su nombre— por técnicos de laboratorio que resultaron infectados cuando investigaban a monos traídos de Uganda.