El Ministerio de Consumo ha presentado las recomendaciones dietéticas saludables y sostenibles para personas mayores en residencias. El documento ha sido realizado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria cuyo objetivo se ha basado en ofrecer unas pautas con las que elaborar y fomentar una alimentación sana para vivir más y mejor.
"Nuestros mayores han de contar con todo el apoyo del Gobierno en el acceso a una dieta saludable, sostenible y digna. Además, debemos de garantizar el estricto cumplimiento en materia de seguridad alimentaria y evitar bochornosas imágenes como las que hemos conocido por las denuncias de trabajadores, usuarios y familiares", así lo ha explicado Alberto Garzón, ministro de Consumo. Entonces, ¿cómo tienen que ser los menús en las residencias?
Siguiendo el informe del Comité Científico de la AESAN, las recomendaciones para los mayores de 65 años se basan en tener entre tres y seis raciones de cereales al día, comer tres veces hortalizas, tres o cuatro vasos de leche o productos lácteos y dos o tres piezas de fruta. También es importante evitar los productos altos en grasas, sal y azúcares añadidos.
Destacan el uso del aceite de oliva para cocinar los alimentos como también la necesidad de beber agua, café, té, infusión o agua carbonatada sin azúcar para tener una buena hidratación.
Según la AESAN, a lo largo de la semana se debe complementar con la ingesta de estos alimentos si se pretende conseguir una dieta sana y sostenible: comer legumbres y huevos cuatro veces por semana, tres raciones o más de frutos secos (siempre y cuando sea de manera equilibrada por su densidad calórica elevada), tomar tres raciones de carne y de pescado azul o de alguno sin espinas (para evitar atragantamientos) y un consumo moderado de patatas.
Es importante hacer tres comidas principales y dos o tres tentempiés para favorecer a las personas mayores, así lo afirman los expertos. Pero siempre y cuando se junte con una buena distribución de la comida y un seguimiento continuo del estado nutricional. Así se podrán conocer las deficiencias o excesos de los mayores y adaptar las comidas con una buena planificación.
Los expertos recomiendan que todas las comidas se hagan en cocción, asados al horno o plancha y después, como método secundario, en forma de guisos o con el uso del sofrito clásico. La sal queda restringida y se priorizan las hierbas aromáticas y especias. Es decir, se trata de cocinar en función de la dieta mediterránea y en compañía para favorecer el apetito y la ingesta en las residencias.