La demanda de trasplantes capilares se ha multiplicado en los últimos años, lo que ha provocado la apertura de numerosas clínicas dedicadas a esta cirugía que apenas es invasiva y que promete a quienes la solicitan recuperar el cabello perdido.
No cabe duda de que, en la mayoría de los casos, quienes se someten a un trasplante de pelo obtienen buenos resultados, ya que se trata de una técnica muy madura y garantizada. Eso sí, no hay que olvidar que existen algunos efectos secundarios. La mayoría de ellos son temporales y propios de un periodo de recuperación. De hecho, si alguno se mantiene en el tiempo será la causa de algún problema mayor o de una mala praxis por parte de la clínica.
Los efectos secundarios más comunes cuando se realiza un trasplante capilar en el cuero cabelludo son los siguientes:
“Durante el período de recuperación después de la cirugía, su cuero cabelludo puede estar muy sensible. Es posible que deba tomar medicamentos para el dolor. Puede parecer que los injertos de cabello se caen, pero el cabello crecerá de nuevo”, explican en la web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Así pues, para evitar cualquier problema asociado a los efectos secundarios, el mejor consejo es seguir las indicaciones de los médicos que han llevado a cabo el trasplante, pues son ellos los que mejor conocen el caso.
Uno de los principales efectos secundarios que hay que evitar es el riesgo de infección. Puede darse el caso de que la clínica tome todas las medidas necesarias para que las heridas provocadas por la colocación de los folículos no se infecten. Sin embargo, en ocasiones pueden ser provocadas por la falta de higiene o porque no se haya llevado a cabo la desinfección correctamente.