La leishmaniasis es una enfermedad producida por un parásito del género Leishmania que se transmite por la picadura de un mosquito infectado. Existen varias formas distintas y las más comunes son la cutánea y la visceral. Hace tres veranos, hubo un importante brote en la localidad madrileña de Fuenlabrada.
La leishmaniasis se encuentra en algunas zonas de casi 90 países, siendo la mayoría en territorios tropicales y subtropicales. Se debe estar pendiente de dicha enfermedad si se viaja a Oriente Próximo, a regiones de Centroamérica y Sudamérica, a Asia, a África o al sur de Europa, según detalla 'MedlinePlus', servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EEUU.
De los dos tipos de leishmaniasis que citamos, la cutánea se caracteriza por la presencia de una o más lesiones ulceradas en la piel que se desarrollan después de semanas o meses de la picadura. Generalmente son indoloras, pero pueden ser dolorosas cuando se infectan. Normalmente curan, incluso sin tratamiento, aunque pueden durar meses o años y dejar cicatrices.
La forma visceral es la más grave y afecta a varios órganos internos, habitualmente el bazo, el hígado y la médula ósea. Las personas con esta enfermedad suelen presentar fiebre y pérdida de peso, así como un incremento del tamaño del hígado y del bazo. También pueden alterarse los análisis de sangre, por ejemplo, en lo que respecta al hierro, causando anemia.
El contagio a las personas, como indicábamos, se produce a través de la picadura del mosquito que se ha contagiado al picar previamente a un animal infectado, en España habitualmente el perro y algunos animales silvestres como la liebre y el conejo. La enfermedad no se transmite por contacto directo de persona a persona o de animal a persona.
No es un mosquito común, es un insecto al que se le llama flebotomo y es más pequeño, de color amarillo-pajizo y de vuelo silencioso. El tiempo que transcurre desde la picadura hasta que se desarrolla la enfermedad puede variar desde diez días a varios meses. Por lo regular, es de dos a seis meses en la forma visceral y de dos semanas a cuatro meses en la cutánea.
La mejor manera de prevenir la leishmaniasis es protegiéndose de las picaduras de mosquito, evitando estar al aire libre desde el anochecer hasta el amanecer (cuando el mosquito está en sus horas de mayor actividad), usando repelente de insectos y mosquiteras cuando sea necesario y utilizando pantalones largos y camisas de manga larga.
A nivel mundial, la leishmaniasis se encuentra entre las diez principales enfermedades tropicales desatendidas con más de 12 millones de personas infectadas, según la Organización Panamericana de la Salud. El tratamiento consiste en medicamentos que contienen antimonio, un tipo de metal, o potentes antibióticos.