Por fin. Después de años de lucha de los afectados, el Gobierno ha anunciado hoy que el próximo junio modificará la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y la Ley del Contrato del seguro para garantizar el derecho al olvido oncológico.
Se declararán nulas todas las cláusulas basadas en los antecedentes oncológicos que excluyan o discriminen a los clientes al contratar estos productos. Prohibirán también cobrarles más y los expacientes tendrán derecho a no declarar que han padecido cáncer ante las entidades financieras. Se beneficiarán de estas condiciones todos los que hayan pasado 5 años sin recaídas tras haber finalizado el tratamiento.
El anuncio se ha materializado en Sevilla tras la reunión entre el presidente del Gobierno y varias asociaciones de lucha contra el cáncer, satisfechas de que por fin los hayan escuchado. Porque llevan años esperando a que se haga realidad. En 2018 se aprobó la no discriminación de los pacientes de sida y la norma establecía que en el plazo de un año el Gobierno debía desarrollar esta legislación para proteger a otras enfermedades pero no se hizo.
Además España, Malta e Islandia eran los únicos países de Europa sin ley que garantizara el derecho al olvido oncológico, que Europa pedía que fuera aprobada antes de 2025.
Varios pacientes nos han contado cómo han sido estos años de discriminación. "Lo que no nos dijeron es que lo más duro no era el cáncer sino lo que venía después", asegura Yaiza Cumelles, exenferma de cáncer. Hace años que no tiene una recaída pero sigue sufriendo discriminación, sobre todo a nivel laboral. Cuando acude a una entrevista de trabajo siempre le hacen la misma pregunta: "¿qué pasó en 2013 que dejaste de trabajar? Claro no voy a decir que he estado en Maldivas. He estado en el hospital, curándome". Ahí, casi siempre la descartan porque piensan que va a tener más bajas. Admite que al final encontró trabajo por un enchufe, pero acaban de despedirla por estar tres meses de baja con ansiedad. Una ansiedad que acumula por tratar de demostrar que es igual de válida que los demás.
A María Peiró también la despidieron cuando le diagnosticaron su cáncer. Era abogada en un despacho de Valencia, falsa autónoma, y prescindieron de sus servicios. Ni siquiera tuvo respuesta judicial a su demanda laboral durante un año. Sobrevivió a la enfermedad sin ayudas y con dos hijas.
Belén Gimeno se queja también de la discriminación que sufren en la universidad. No adaptan los estudios a los jóvenes que contraen el cáncer, a algunos les cobran de nuevo las tasas universitarias sin tener en cuenta la enfermedad y la falta de apoyo a veces los hace abandonar la carrera.
Todos estos aspectos no los toca la reforma anunciada por el Gobierno, pero al menos, sí aborda la discriminación de este colectivo ante hipotecas y seguros de vida y de salud.
Guillermo, un chaval de 14 años que tuvo hace una década un sarcoma de Ewing, no comprendía por qué no le dejan tener un seguro de salud si no ha vuelto a tener problemas. Y Eduard, nos explica que siempre que ha preguntado en su banco por una hipoteca le miran con cara de espanto.
Problemas que había puesto de manifiesto ya hace un año la Fundación Josep Carreras contra la Leucemia en un estudio. Preguntaron a 400 jóvenes que habían pasado la enfermedad y sus respuestas fueron aplastantes. A 8 de cada 10 la enfermedad le impactó negativamente en el ámbito laboral, el 47% encontró dificultades al solicitar un préstamo, y el 83% al intentar contratar un seguro de vida.
Una reforma que Asufin, la Asociación de Usuarios financieros, cree que "acabará con el vía crucis financiero de los pacientes", que suponía "una discriminación intolerable". Por delante quedan aún muchos obstáculos para más de 1 millón 600 mil supervivientes oncológicos.
"Lo más duro viene después del cáncer. No es que pidamos más ayudas. Pedimos las mismas oportunidades porque estamos vivos pero..., ¿de qué manera?" Sentencia Yaiza antes de marcharse a engrosar las listas del paro por discriminación.