Vanessa Guerra, actriz y experta en comunicación no verbal: “Todo aquello que no se sacude del cuerpo, se queda instalado”

  • Entrevista a Vanessa Guerra, actriz y experta en comunicación no verbal y emociones

  • Vanessa Guerra lleva más de 20 años dedicada al trabajo del cuerpo y la comunicación desde un plano físico y emocional

  • En la sociedad del culto al cuerpo llama la atención que vivamos tan desconectados de nuestros cuerpos. “Esto ocurre porque nos hemos volcado en un culto más estético”, asegura

A principios de los 90 el neurocientífico portugués Antonio Damasio acuñó en su famosa obra El error de Descartes, la hipótesis de la huella somática. El error del filósofo francés René Descartes fue, según Damasio, la separación dualista entre la mente y el cuerpo, la razón y la emoción. Damasio describe la huella somática como un mecanismo por el que las emociones guían nuestros pensamientos, nuestras decisiones y nuestros comportamientos: es decir, la mente no es la única que piensa, también lo hace el cuerpo.

Treinta años después de la publicación de la ‘ópera prima’ de Damasio -a la que han seguido cientos de estudios científicos que demuestran la relación bidireccional entre la mente y el cuerpo- seguimos inmersos en una cultura dualista en la que la disociación prima sobre la integración. Aún no ha calado bien esta idea de que el cuerpo es nuestro mayor templo de sabiduría. Llama poderosamente la atención que en la sociedad del culto al cuerpo vivimos tan desconectados de nuestros cuerpos.

En su día, la actriz y experta en comunicación no verbal Vanessa Guerra fue también ‘víctima’ de este dualismo. Recuerda que cuando estudiaba arte dramático y salía a escena, sus profesores le decían: lo primero que va a hablar del personaje es tu cuerpo, aunque no hagas nada; lo primero que va a reflejar cómo estás es tu cuerpo; antes incluso de que hables. “De eso hace ya 20 años, pero yo no lo entendía, asegura. Me preguntaba ¿qué es eso del cuerpo?”  

Vanessa Guerra no se podía ni imaginar por entonces que ‘eso del cuerpo’ se iba a convertir en su brújula, en la razón de su existencia. Tanto es así que ahora dedica gran parte de su tiempo y energía en difundir -con su propia voz- aquello que ya nos dijo Damasio hace tres décadas: nuestro cuerpo, más allá de lo que vemos en el espejo, es un vehículo de autoconocimiento, de gestión emocional y de crecimiento espiritual. “Vivir conectados con el cuerpo es vivir conectados con nuestras emociones y eso es fuente de sabiduría porque las emociones son las que nos marcan hacia dónde movernos en nuestra vida”, asegura.

Un buen día me di cuenta de que haciendo pequeños cambios en mi manera de respirar, en mi expresión facial, en mi corporalidad o en la postura, era capaz de inducir una emoción u otra (Vanessa Guerra, experta en comunicación no verbal)

Pregunta: Venimos de una cultura en la que lo cognitivo e intelectual parece la única vía válida para conocer el mundo (y por tanto para conocernos a nosotros mismos)…sin embargo, Vanessa, tú eres una gran defensora del cuerpo como herramienta o recurso para el desarrollo personal, incluso para el crecimiento espiritual…¿cómo es esto?

Respuesta: Creo que el gran error es creer que lo que ves en el espejo es lo que hay. Lo que ves es únicamente un contorno, una silueta… ¡que eres tú, sí! pero a eso hay que darle vida. Y todo lo que hay internamente, que es ese alma, ese espíritu, como no se ve, se obvia. Recuerdo cuando estudiaba arte dramático que, cuando salía a escena, me decían: “lo primero que va a hablar del personaje es tu cuerpo, aunque no hagas nada, lo primero que va a reflejar cómo estás, es tu cuerpo; antes incluso de que hables”. Te estoy hablando de hace 20 años, pero yo no lo entendía…me preguntaba ¿qué es eso del cuerpo? Luego lo entendí y ahora lo entiendo muchísimo más, es que solo con estar y respirar, estás presente. La neurociencia ha tenido un disparador increíble y aboga por todos los nuevos descubrimientos e investigaciones que colocan al cuerpo en el plano principal.

P: ¿De dónde le llaga a una actriz esta inquietud por explorar qué hay más allá de lo que vemos en el espejo?

R: Es verdad que yo ya venía de trabajar mucho el cuerpo, de una conexión con el cuerpo porque, cuando creas personajes, los creas con el cuerpo. Para mí, por entonces, el cuerpo era un vehículo muy orgánico, pero cuando descubrí el método Alba Emoting flipé, porque entonces un buen día me di cuenta de que haciendo pequeños cambios en mi manera de respirar, en mi expresión facial, en mi corporalidad o en la postura, era capaz de inducir una emoción u otra. Yo decía: si yo soy capaz de darme cuenta de en qué partes de mi cuerpo está empezando a inducirse esa emoción, yo puedo parar, observar y tomar una decisión de hacia dónde ir y cómo actuar. Es que, a mí, esta herramienta me da la capacidad de detectar en qué partes del cuerpo me está pasando, de parar, observar y decidir si ese es el momento de que esa emoción me arrolle o de poder tomar distancia y decir: pues ahora no es el momento. Ahora tengo un método que me va a permitir luego sacudirme la emoción del cuerpo…porque todo aquello que no se sacude del cuerpo, se queda instalado. Y ahí es donde van los bloqueos emocionales, las estructuras musculoesqueléticas con problemas, las contracturas o enfermedades, porque hay una acumulación de tensión, de esa energía que Peter Levine dice es que la emoción. Si tú a esa energía no le das la capacidad de moverse, se queda instalada en tu cuerpo y lo que aparecen son bloqueos emocionales que son los que dan lugar al trauma.

P: ¿Cómo podemos saber dónde mirar?, ¿en qué parte del cuerpo tenemos que mirar para poder sacudir la emoción?

R: La gente insiste mucho en esto en ¿cómo lo hago?, ¿dónde busco? Tienes que saber en qué parte del cuerpo se va a manifestar cada emoción porque es ahí donde vas a saber mirar. Y si sabes mirar y localizar, ya tienes un link muy directo de tu mente al cuerpo, a determinadas partes de tu cuerpo, que te van a 'soplar' qué emoción hay ahí.

Resulta que vivimos en la sociedad de la ansiedad, del miedo, de la tristeza reprimida y que vamos todo el tiempo con la rabia activada y eso nos genera un estrés tremendo (Vanessa Guerra, experta en comunicación no verbal)

P: Antes has dicho que haciendo pequeños cambios en la manera de respirar se puede inducir una emoción u otra… Entonces, ¿es la emoción la que produce una determinada manifestación en el cuerpo, o es al revés?

R: Cuando hay un patrón instalado en el cuerpo, por mucho que tú quieras quitarlo, si no vas al fondo de la cuestión, lo que estás es poniendo parches, porque rápidamente va a volver esa postura o ese dolor…eso ocurre cuando vas al fisio porque tienes una contractura siempre en el mismo lugar. Entonces sales de ahí bien, pero cuatro horas más tarde tienes la misma molestia en el mismo lugar. El problema no estaba ahí, ese es solo el síntoma; el motor no es ese. Hay que buscar de dónde sale ese dolor. Uno, cuando tiene el ceño fruncido no se da cuenta si ya es un automatismo instalado. Pero si yo desarrollo mi consciencia y me voy dando cuenta de que el ceño suele estar fruncido muchas veces; cuantas más veces me vaya al ceño y vea que no tengo motivos para que esté fruncido y lo vaya aliviando, cuantas más veces yo vaya surcando un camino de conexión, pues antes voy a poder intervenir ahí. Pero tendré que mirar por qué frunzo el ceño. Qué está ocurriendo, qué tipo de emoción hay, qué patrón hay en casa que a lo mejor he visto y estoy imitando, por ejemplo.

P: O sea, que el cuerpo no es solo un lugar donde quedan almacenadas las emociones que no son sacudidas, sino que el cuerpo es como el terreno en el que podemos aprender mucho sobre las emociones: algo que creo que es fundamental en una cultura como la nuestra, analfabeta emocionalmente hablando…¿Qué piensas de esto?

R: Si desde pequeños no nos han enseñado a familiarizarnos con las emociones, pues ¿qué pasa? Porque no está mal sentir enfado, sentir tristeza. Las emociones no se juzgan, se validan. ¿La estás sintiendo? Vale, voy a ver qué hay detrás de esa emoción, pero no la juzgo. Cuando oyes frases como “es que no debería ponerme triste” es que claro, así es imposible crecer, así es imposible ser amable con uno mismo. Y todo pasa porque los propios padres, como adultos, no saben cómo enfrentarse a eso, ¡cómo van a enseñarlo! Vivimos en una sociedad que ha catalogado las emociones de válidas o no válidas, esta es útil esta no es útil: si el miedo no es útil, si la tristeza no es útil…pues se tapan. Pero es que resulta que vivimos en la sociedad de la ansiedad, del miedo, de la tristeza reprimida y que vamos todo el tiempo con la rabia activada y eso nos genera un estrés tremendo.

Voy a empezar a desarrollar mi método para adolescentes, porque veo que necesitan tener recursos y herramientas para poder sacar fuera todo lo que sienten (Vanessa Guerra, experta en comunicación no verbal)

P: Claramente hace falta mucha pedagogía emocional, ¿crees que el sistema educativo actual da al cuerpo la importancia que merece como fuente de conocimiento?

R: Por ejemplo, ahora estoy trabajando en aulas con adolescentes y me doy cuenta de todo lo que necesitan cubrir. Voy a empezar a desarrollar mi método para adolescentes, porque veo que necesitan tener recursos y herramientas para poder sacar fuera todo lo que sienten en esa época en que tienen la amígdala a tope todo el día porque no hacen más que retener y eso genera mucha rabia, mucha impotencia, frustración y sensación de fracaso. Y además tienen el estigma de que molestan y por eso no se les escucha. Es necesario que los adolescentes tengan herramientas para poder sacar eso, necesitan aprender cómo mover la energía del cuerpo cuando está la emoción…Pero también necesitan más aceptación por parte de los adultos, ser perdonados….porque no saben, solo están aprendiendo.

P: Vanessa, como experta en comunicación no verbal no sé lo que piensas tú, pero yo creo que este tema genera mucho interés, no tanto por la parte de conocerse a uno mismo, sino por la parte de conocer mejor al otro y así tener una herramienta de manipulación, poder o control sobre el otro…

 R: Has dado con la clave. La gente llega intentado que esto sea algo externo, pero es que se nota. Si lo haces desde fuera, se nota. ¿Cómo distingues a un buen actor de un mal actor? Porque finge, ¿no? Pues lo tuyo también. Si quieres yo te enseño cuatro cosas de comunicación no verbal, pero si el punto de motivación no es interno, eso no llega. Lo que llega es esa incongruencia. Yo empecé en la comunicación no verbal desde las emociones y, al final, te das cuenta de que la comunicación no verbal son las emociones. Con tu cuerpo expresas -consciente o inconscientemente- lo que estás sintiendo.

Lo del culto al cuerpo precisamente es una mirada hacia fuera por no lanzar una mirada hacia dentro. Cuando tú estás creando una armadura en tu propio físico, al final eso te está distanciando de una mirada interna (Vanessa Guerra)

P: Imagino que el hecho de tener formación como actriz también te ayudó para convertirte en una experta en comunicación no verbal…

R: Cuando estaba estudiando me decían los profesores “¡cómo se nota que conoces las emociones!” Y yo que les decía: es que son muchos años trabajando con las emociones. Y al final, cuando vas a trabajar el cuerpo y a observarlo, tienes que leer lo que está ocurriendo dentro. Y eso va ligado a una energía, a una cadencia, a un ritmo, son las pausas, son los silencios, es cómo respiras. Yo soy de teatro textual pero también me he formado mucho en gestual. El clown, es mimo, ¿cómo viste el gesto? De la emoción interna. Yo empecé desde ahí y me fui dando cuenta de que había más, de que el lenguaje corporal era todo el movimiento, pero que había algo mucho más técnico debajo de eso.

P: Por último, una reflexión que quería compartir contigo…¡Qué paradójico que en la sociedad del culto al cuerpo vivamos tan desconectados de nuestro cuerpo!, ¿No te parece?

R: Es que lo del culto al cuerpo precisamente es una mirada hacia fuera por no lanzar una mirada hacia dentro. Cuando tú estás creando una armadura en tu propio físico, al final eso te está distanciando de una mirada interna y de una conexión interna…así que cuanto más te armas hacia fuera, menos te armas hacia dentro. Yo, por mi experiencia, he trabajado mucho en el mundo del deporte y del cuerpo en mucha áreas: el teatro, el mundo del yoga, del pilates, la metodología de la comunicación no verbal y las emociones y todo lo que veo -y esta es mi versión- es que las personas que más musculan hacia fuera y que más se forjan hacia fuera, cuanta más armadura tienes externa, hay como una distancia con tu propio ser, hay como cosas que no estás queriendo ver y por eso necesitas hacerte muy fuerte por fuera porque hay cierta vulnerabilidad que no estás aceptando.