El hecho de pasar una media de ocho horas diarias trabajando durante las jornadas laborales provoca que algunas de las enfermedades que se padecen estén relacionadas directamente con esta actividad.
Es más, buena parte de los problemas de salud relacionados con el trabajo se deben a accidentes laborales. Afortunadamente, según la Agencia Europea para la Salud y la Seguridad en el Trabajo, “el número de accidentes laborales ha disminuido un 25 % en los últimos 10 años”. Sin embargo, esta entidad también apunta que “las enfermedades relacionadas con el trabajo aún suponen alrededor de 2,4 millones de muertes en todo el mundo cada año, de las que 200.000 ocurren en Europa”.
En la legislación española se recoge la naturaleza de una enfermedad profesional, concretamente en el artículo 157 de la Ley General de la Seguridad Social. En este texto se puede leer lo siguiente: “Se entenderá por enfermedad profesional la contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena en las actividades que se especifiquen en el cuadro que se apruebe por las disposiciones de aplicación y desarrollo de esta ley, y que esté provocada por la acción de los elementos o sustancias que en dicho cuadro se indiquen para cada enfermedad profesional”.
La citada Agencia Europea para la Salud y la Seguridad en el Trabajo señala que las enfermedades relacionadas con el trabajo incluyen trastornos musculoesqueléticos, estrés y trastornos mentales, cáncer relacionado con el trabajo, enfermedades de la piel y enfermedades relacionadas con el trabajo producidas por agentes biológicos.
Asimismo, a nivel nacional, en el Real Decreto 1299/2006 se clasifican en enfermedades profesionales causadas por agentes químicos, por agentes físicos, por agentes biológicos, por inhalación de sustancias y agentes no comprendidos en otros apartados, por sustancias y agentes que afectan a la piel y por agentes carcinogénicos.
Generalmente, cuando los trabajadores tienen una enfermedad solicitan la baja para poder recuperarse. Las más habituales son las siguientes.
Enfermedades psíquicas. No cabe duda de que el estrés y la depresión resultan incapacitantes para muchos trabajadores que no tienen las herramientas para enfrentarse a la rutina laboral.