El cerebro se puede describir como una especie de ordenador con información detallada de la vida del ser humano. En el conocido 'órgano rey' se almacenan datos que revelan cómo fue la vida de la persona en cuestión o qué enfermedades desarrolló a lo largo del tiempo. Lo que pocos saben es que toda la población puede donar su cerebro, una vez perezcan, para que la ciencia investigue posibles curas y ayude a la prevención de riesgos en las próximas generaciones.
En España, el organismo que se encarga de esto es la Fundación CIEN, que está adscrita al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) y cuenta con el apoyo financiero de la Fundación Reina Sofía. Muchos se preguntan cómo se puede donar un cerebro, cómo es el proceso y cómo puede ayudar la donación a la investigación científica. Ante las dudas, Alberto Rábano, doctor en medicina y neuropatólogo, director del BT-CIEN, parte de la Fundación CIEN, explica las claves a Informativos Telecinco.
Entrevista al doctor Alberto Rábano:
"Sí, todos los cerebros donados son útiles para investigación, tanto los que donan los enfermos neurológicos como los sanos. Los cerebros que más se utilizan en investigación son, en general, los de las patologías más frecuentes, como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson o la esclerosis múltiple".
"Naturalmente, para cualquier proyecto de investigación también nos solicitan tejido de control, de donantes sin enfermedad neurológica. Esos son los que más escasean en los bancos de cerebros ahora mismo".
"En los bancos de cerebros, esta diferenciación depende sobre todo de la edad del donante. Consideramos como cerebro 'de control', en primer lugar, aquellas donaciones de personas que no hayan tenido ninguna enfermedad neurológica o psiquiátrica conocida".
"Después, nos basamos en criterios de diagnóstico del tejido cerebral, que llamamos criterios neuropatológicos. Una persona de 85 años, por ejemplo, puede tener en su cerebro alteraciones vasculares leves y cambios como los que vemos en la enfermedad de Alzheimer, pero eso no impide que su cerebro se utilice como control en estudios de investigación. Podríamos decir en este caso que es un cerebro 'sano' para su grupo de edad".
"En general, hay dos tipos de bancos de cerebros. Algunos bancos se dedican solo a enfermedades específicas, son monográficos, o seleccionan sus donaciones de alguna forma, y las limitan a determinadas patologías de especial interés. Otros bancos, como el nuestro, el Banco de Tejidos CIEN, tienen una perspectiva que denominamos poblacional. Nosotros aceptamos todas las donaciones, siempre que cumplan unos requisitos ético-legales y de bioseguridad. Nuestra experiencia es que al final todos los cerebros son necesarios para investigar".
"La edad, o el grupo de edad, como solemos decir los médicos, es muy determinante de la patología. La mayoría de nuestras donaciones proceden de adultos de edad avanzada, porque es en ese grupo donde las enfermedades neurodegenerativas son más frecuentes. También tenemos algunas donaciones pediátricas, pero corresponden sobre todo a enfermedades raras y a enfermedades oncológicas. También son muy importantes las donaciones en enfermedades raras y ultrarraras, porque en estos casos el tejido disponible para investigar es especialmente escaso".
"Se podría disponer, por ejemplo, de información muy útil sobre el efecto sobre el tejido cerebral de nuevos medicamentos. Debería estar más sistematizado el estudio post mortem de los pacientes que participan en ensayos clínicos de nuevos medicamentos para las enfermedades neurológicas. Las redes de bancos de cerebros pueden ser de gran ayuda para ello".
"En el cerebro de una persona individual podemos encontrar las huellas de las enfermedades que ha sufrido a lo largo de su vida. Para poder sacar conclusiones sobre el estilo de vida, que es muy importante en muchas enfermedades neurológicas, necesitamos estudiar grupos o series de pacientes (y sus cerebros), necesitamos hacer estudios que llamamos epidemiológicos".
"Esta es una de las razones por las que necesitamos tener un gran número de donaciones, y especialmente si además podemos tener una buena información sobre la vida y la historia clínica de los pacientes".
"El tamaño y el peso del cerebro son proporcionales a la longitud corporal, a la estatura. En las enfermedades neurodegenerativas, además, encontramos patrones de atrofia de determinadas regiones cerebrales que nos permiten aproximarnos al diagnóstico de la enfermedad, aunque este lo confirmemos siempre en estudios histológicos".
"Pionera no, porque las donaciones de cerebro, tal como las entendemos hoy en día, comenzaron en el mundo anglosajón en los años 60 del siglo XX. En España nos incorporamos en los años 90. Sin embargo, en este momento, el grado de organización de los bancos de cerebros en nuestro país es muy alto, y creo que superior al de otros países europeos que tienen grandes centros de investigación. Por su larga tradición en este ámbito, un país de referencia puede ser el Reino Unido".
"Hay una primera fase ético-legal, que resulta muy sencilla una vez que los donantes potenciales se ponen en contacto con nosotros a través de nuestra página web, https://bt.fundacioncien.es/ . Se trata solo de firmar un consentimiento informado como el que firmamos para una operación quirúrgica. Tras el fallecimiento, solo es necesario que una persona de contacto nos avise y desde el banco coordinamos todo el proceso para que en unas pocas horas el proceso esté concluido".
"A las pocas horas del fallecimiento se realiza la extracción del cerebro, y una parte del tejido se conserva en congelación y se reserva para investigación molecular, mientras que otra parte se dedica al diagnóstico y a la clasificación de la enfermedad o las enfermedades presentes en el tejido".
"Es lo que llamamos estudio neuropatológico, macroscópico, microscópico, que culmina en la búsqueda de unos criterios diagnósticos específicos para la enfermedad de que se trate. El resultado de esta doble vía de procesamiento y estudio es que los investigadores pueden disponer de muestras de tejido de alta calidad y clasificadas con precisión".
"Sí, el tejido donado no solo se utiliza para la investigación de enfermedades sino para el conocimiento básico de la estructura y la función del cerebro humano. Muestras de nuestro banco de cerebros, por ejemplo, han participado en estudios realizados dentro del Human Brain Project, de la Unión Europea, una de las principales iniciativas de investigación del cerebro en el mundo".