El eritema infeccioso o 'quinta enfermedad' está provocada por el virus Parvovirus B19, y afecta sobre todo a niños con edades comprendidas entre los cinco y los 15 años. También es llamada a veces la 'enfermedad de la bofetada' porque se caracteriza por la aparición de un sarpullido rojo en las mejillas. Esto es todo lo que debes saber sobre su contagio, síntomas y tratamiento.
El Erythema infectiosum o parvovirus B19 se contagia de una persona a otra a través de gotitas (gotículas) respiratorias, por lo que las escuelas, las guarderías y hogares son los lugares donde suele propagarse más fácilmente entre unos niños y otros, especialmente en la fase en que todavía no ha aparecido el sarpullido, que delata a afección. Los síntomas tardan unos días en aparecer.
Los síntomas iniciales de la quinta enfermedad son muy similares a los de un catarro común: fiebre baja, dolor de cabeza y malestar general.
Al cabo de unos días, estos síntomas desaparecen y el niño parece recuperarse. Es entonces cuando aparece la erupción característica de esta enfermedad: un sarpullido que se localiza inicialmente en las mejillas, bajando en los días posteriores al resto del cuerpo, a las manos o los brazos.
La erupción tarda en desaparecer una y dos semanas después de su aparición, y se vuelve más roja si el niño se expone al sol, al calor ambiental o al ejercicio físico, por lo que es aconsejable limitar todo esto hasta que se recupere del sarpullido.
El período de incubación puede durar entre cuatro y 28 días, con un promedio de 16 días. En ese tiempo los síntomas no son evidentes y la enfermedad es más contagiosa. Por tanto cuando aparece el sarpullido que delata la ‘quinta enfermedad’ suele ser demasiado tarde para evitar un contagio, sobre todo si nuestro hijo ha estado yendo a la escuela durante el periodo de incubación.
Con el tiempo, la enfermedad suele remitir sin dejar problemas duraderos, y no suele reaparecer.
Lo más efectivo para evitar que el niño contraiga esta o cualquier otra enfermedad contagiosa es asegurarse de que se lava las manos frecuentemente y que no comparte comidas y bebidas con otros niños, así como desinfectar sus juguetes de vez en cuando.
En la mayoría de los casos, se trata de una enfermedad leve que se resuelve por sí misma, y no puede tratarse con antibióticos, puesto que los antibióticos matan bacterias, no virus.
En algunos casos, si al niño le pica el sarpullido, el médico puede recetar algo para aliviar la picazón. También es posible que le recomiende paracetamol para la fiebre y el dolor articular, pero en ningún caso se le debe dar aspirina.
Los casos en los que la ‘quinta enfermedad’ puede ser preocupante es en niños con anemia crónica, cáncer o una enfermedad de la inmunidad con síntomas similares, o si la fiebre es alta y al sarpullido le acompañan otros síntomas o se extiende por todo el cuerpo. Además, aunque la quinta enfermedad no causa problemas para las mujeres embarazadas ni sus bebés, si aparece un exantema (erupción de la piel de color rojizo) es importante consulta a un médico.