Las velas son uno de los elementos decorativos y aromáticos que más calidez le aportan a una estancia, ya sea en nuestro hogar o en un local comercial o de restauración. La luz tenue y el olor que algunas de ellas proporcionan hace que tengan numerosos adeptos. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que ni todas las velas son iguales ni todas son inocuas para la salud.
Sobre el primero de estos puntos hay que señalar que la cera siempre ha sido el principal material para hacer velas. Sus principales creadoras son las abejas, que la producen para formar sus panales. Y no es de extrañar, ya que se trata de una sustancia maleable cuando está caliente (de ahí que se derrita al contacto con el fuego) y resistente en su versión sólida. Conscientes de sus propiedades, los seres humanos emplearon la cera de las abejas para la fabricación de velas, y desde milenios esta práctica se ha mantenido.
Cabe señalar que no solo se fabricaron velas de cera de abejas, sino que su elaboración ha evolucionado a lo largo de la historia hasta que las velas fabricadas con parafina acapararon buena parte del mercado, ya que se realizan a partir de los residuos del petróleo crudo y resultan más económicas.
Este pequeño repaso por la historia de los materiales de las velas nos lleva a la segunda cuestión: ¿pueden las velas encendidas provocar asma u otros problemas respiratorios? Por un lado, las que están hechas de cera de abeja podrían tener restos del polen depositado en los panales, de manera que al encenderlas podría darse el caso de que se desprendiera y afectara a las personas que tienen alergia. Sin embargo, esta opción no debe preocupar a ningún alérgico, ya que tanto en el proceso de fabricación como en el momento de usarlas, la cera se calienta de tal modo que prácticamente se elimina su capacidad alérgica.
El mayor problema lo encontramos con las velas de parafina, ya que se trata de un hidrocarburo que se deriva del petróleo y que incluye elementos químicos tóxicos. Por lo tanto, si en una estancia se encienden varias velas de este tipo –las aromáticas contienen aún más elementos perjudiciales–, podrían afectar a las vías respiratorias en forma de mucosa o asma, además de provocar dolor de cabeza. Es más, inhalar directamente el humo es irritante.
¿Esto quiere decir que es peligroso tener velas de parafina encendidas en casa? Obviamente es más adecuado optar por las de cera de abeja, ya que son más inocuas para el organismo. Sin embargo, si no se abusa de su uso y la estancia está ventilada o tiene grandes dimensiones, encender una vela no es peligroso. No en vano, cada día estamos expuestos a los elementos tóxicos que pululan en el aire que respiramos.