¿Es más saludable comer una pieza de fruta entera o en zumo?
Comer fruta es esencial para mantener una dieta sana, especialmente cuando se ingiere la pieza completa
Los zumos de frutas carecen de la fibra que ayuda a asimilar mejor la glucosa
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Como parte de una dieta sana y equilibrada, la Organización Mundial de la Salud recomienda comer “al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, excepto patatas, batatas, mandioca y otros tubérculos feculentos”. Con respecto a las primeras, es posible ingerirlas como pieza entera o en zumo, pero ¿cómo es mejor hacerlo? ¿Hay alguna diferencia?
Mejor la pieza entera
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La respuesta a esta pregunta es sencilla: siempre es mejor comer la pieza entera de fruta que exprimirla y beber el zumo que se obtiene. La razón es la siguiente: cuando comemos una pieza de fruta no solo aprovechamos su jugo, sino todos los nutrientes que tanto la pulpa como la piel –en caso de que se pueda comer– ofrecen a nuestro organismo.
Además, las piezas de fruta aportan una buena ración de fibra, la cual no solo es aprovechada por el cuerpo, sino que también ayuda a retrasar la absorción de la glucosa que contienen estos alimentos. Así se reducen el impacto calórico y el pico glucémico habitual tras su ingesta.
Por otro lado, el hecho de masticar la fruta provoca una mayor sensación de saciedad, lo que lleva a no sentir hambre y a evitar comer en exceso.
Desventajas de tomar zumo
Tras comprobar cuáles son los beneficios de tomar una pieza de fruta en lugar de beber un zumo, pasamos a enumerar las principales desventajas que presenta esta segunda opción. Eso sí, debe quedar claro que beber zumo no es ni mucho menos desaconsejable, sino que no es recomendable como sustituto de la ingesta diaria de frutas; básicamente porque no es lo mismo.
En cuanto a las desventajas de beber zumo en lugar de comer una pieza de fruta, podemos señalar las siguientes:
- Al desechar la pulpa, dejamos de ingerir la fibra que contiene, es decir, solo estaremos tomando una parte de la fruta.
- Esa falta de fibra provoca que el cuerpo absorba más rápidamente la glucosa, lo que se traducirá en más calorías.
- Además, para hacer un zumo suelen necesitarse varias piezas de fruta –el número dependerá del jugo que se saque de cada una de ellas–. Eso no solo supone un mayor gasto económico, sino que además multiplica la glucosa que se ingiere, aumentando más el pico glucémico, tal y como hemos expuesto.
- No elimina la sensación de apetito, lo que lleva al cuerpo a solicitar más alimentos y, por lo tanto, a obtener un mayor aporte calórico que quizás no necesite.
¿Cómo tomar la fruta en zumo?
El hecho de que sea mejor comer una pieza de fruta que beberse un zumo no implica que esto resulte perjudicial para el organismo. No obstante, siempre es conveniente que el zumo se tome con pulpa –en los casos en los que el tipo de fruta lo permita–.
Otra opción para aprovechar todas las propiedades de la fruta es preparar un smoothie, que consiste en batir o licuar la fruta entera y mezclarla con leche o con yogur líquido para conseguir una mezcla que se pueda beber.