Haciendo deporte, paseado o incluso estando tumbado en la cama. Los calambres en los pies pueden ocurrir por muchas causas y en muchos momentos sin motivo aparente. Esto pasa porque el músculo se retrae de forma repentina y causa dolor, aunque no dura más de unos minutos. Estas son algunas causas y consejos para acabar con la molestia.
Normalmente, los incómodos calambres en los pies que se suelen dar por la noche o mientras hacemos ejercicio, se pasan con un estiramiento o un masaje, y no suelen ser motivo de preocupación. Pero si te ocurre de manera muy frecuente quizá haya una causa que lo explique.
Los calambres ocurren cuando un músculo se contrae involuntariamente. Son frecuentes en el arco del pie, en la parte superior o cerca de los dedos. Aunque dura solo unos minutos, hasta que el músculo se relaja, tiende a ser bastante doloroso. Cuando se producen habitualmente, conviene analizar por qué se da para evitar estos molestos espasmos en la medida de lo posible.
Si has llevado un tacón incomodo todo el día, una bota demasiado apretada, una zapatilla incómoda para hacer ejercicio… Serás más propenso a sufrir calambres porque el movimiento del músculo se ve restringido. Además el calzado apretado hará que te salgan ampollas y puede cortar la circulación del pie.
Cuando el cuerpo no tiene suficiente agua para los órganos y tejidos funcionen debidamente, los músculos pueden sufrir espasmos que causan dolor.
Ejercer demasiada presión sobre los pies durante el entrenamiento puede hacer que los músculos se retraigan y suframos calambres.
El potasio es fundamental en el correcto funcionamiento de las células musculares y los nervios, por lo que los niveles bajos de este electrolito (hipopotasemia) pueden hacer que sufras calambres en los pies y las piernas, además de hacerte sentir más fatigado o débil.
Algunos medicamentos como el recetado para el asma, fármacos diuréticos, para la presión arterial o para la osteoporosis pueden tener los espasmos musculares como un efecto secundario.
El daño en el nervio no causa calambres, pero sí una molestia que se siente muy parecida. Las personas con diabetes son más propensas a sufrir estos daños en los nervios, así como personas son ciertos trastornos genéticos, con problemas metabólicos o quienes han sufrido una lesión en el pie.
Otro factor que puede estar haciendo que sufras calambres de manera constante es una mala pisada, que también puede causar molestias en las piernas, espalda o la cadera.
Las piernas y los pies se pueden hinchar durante el embarazo por los cambios hormonales y de peso, lo cual provoca un lento retorno de la sangre, lo cual puede dar lugar a espasmos musculares en las extremidades.