El refranero popular dice que “El que buen salto da, a sus pies se atiene”. Y es que el buen estado de nuestros pies tiene mucha más importancia de la que le solemos otorgar. No en vano, en ocasiones no llevamos a cabo el cuidado que requieren y, por qué no decirlo, se merecen. A fin de cuentas, son ellos los que nos sostienen a lo largo de la jornada.
Además, los pies nos proporcionan un indicador muy fiable sobre nuestro estado de salud, ya que dependiendo del color, el olor o la temperatura, entre otros factores, sabremos si estamos sufriendo alguna patología en otra parte del cuerpo.
A continuación repasamos los síntomas que se pueden presentar en los pies y que se relacionan con nuestro estado de salud.
Si la piel está seca y agrietada, la razón puede ser una falta clara de hidratación o una infección por hongos. En el caso de la escasa hidratación, puede darse la situación de que no solo afecte a los pies, sino que también tenga que ver con otros problemas como trastornos relacionados con el tiroides o con la diabetes.
En caso de sentir dolor habitual, los problemas pueden ser muy diversos. Por un lado, ese dolor podría estar relacionado con la artritis y otros trastornos relacionados con la edad y el desgaste. Sin embargo, las personas más jóvenes normalmente sufren una fascitis plantar, la cual provoca un intenso dolor al caminar.
Si se suelen sentir hormigueos o un entumecimiento constante, podría deberse a una neuropatía periférica, la cual afecta a los nervios tanto de las manos como de los pies. Entre los síntomas de esta patología hallamos también una pérdida de sensibilidad.
Las uñas también aportan pistas sobre el estado de salud. Cuando se curvan excesivamente hacia abajo, existe la posibilidad de que se esté sufriendo una enfermedad de tipo respiratorio o cardiaco, ya que la razón de que las uñas crezcan de ese modo se debe a un menor nivel de oxígeno.
Por otro lado, cuando las uñas de los pies se tornan amarillas, será necesario acudir al médico, pues se deberá a una infección fúngica (de hongos) o a padecer psoriasis.
Si los pies están siempre fríos, el motivo principal será una mala circulación sanguínea. No obstante, el hecho de tener los pies fríos no siempre tiene que ser motivo de preocupación, aunque sí conviene permanecer alerta pues hay razones de esa baja temperatura como la diabetes, la arteriopatía periférica o el tabaquismo.
Otro problema muy incómodo es sentir dolor en el dedo gordo del pie. Esto puede deberse a un inicio de gota, lo que dará lugar a pinchazos muy intensos.
Generando problemas de salud
Finalmente, hemos de señalar que hay ocasiones en que los problemas de salud surgen desde los pies. Es el caso de los juanetes, deformidades que surgen por un desalineamiento de los huesos del dedo gordo. Más allá del factor estético, los juanetes pueden provocar dolores en las columna vertebral y en las rodillas, ya que varían el modo en que se camina.