Esta es la razón por la que tenemos picos de ansiedad los domingos
¿Te sientes ansioso, triste o malhumorado los domingos? Venirse abajo cuando acaba el fin de semana es más normal de lo que crees
Analizamos la causa de los picos de ansiedad durante el domingo: la cultura de la productividad y el síndrome del impostor son algunas de ellas
¿Cómo combatir el síndrome del domingo? Siete recomendaciones de una psicóloga para gestionar la apatía y la angustia que sientes antes del lunes
El fin de semana acaba y una sensación de ansiedad, nostalgia y malhumor se apodera de ti. No estás solo, y es que venirse abajo todos los domingos es un problema generalizado en prácticamente toda la población.
Algunos expertos han catalogado esto como síndrome del domingo, una reacción emocional desagradable e intensa que se produce cuando el descanso del fin de semana está llegando a su fin, y anticipamos que comienza de nuevo la rutina.
MÁS
Ansiedad anticipatoria, la causa del síndrome del domingo
La palabra “anticipar” es clave para entender este problema, y es que a más nos preocupamos por problemas que todavía no han llegado, más intenso es el síndrome del domingo. Por ejemplo, los mails acumulados en la bandeja de entrada, las tareas que tu jefe te va a asignar, las conversaciones con esa persona de tu trabajo que no te cae nada bien, o si estás en la universidad, la larga lista de apuntes y tareas que vas a tener que realizar. Todavía no te has enfrentado a nada, pero tu cerebro ya se ha activado como si tuvieses que haber terminado cada tarea antes de empezarla.
La gran pregunta es de dónde surge esa ansiedad anticipatoria, encontrando varios factores implicados:
- La falta de motivación laboral. En otras palabras, que tu trabajo no te guste lo más mínimo o que la carrera universitaria que estudias sea una decepción constante.
- El síndrome del impostor. Si crees que no estás preparado para afrontar los retos que van a surgir en el trabajo o en la carrera, puedes experimentar picos de ansiedad los domingos.
- La falta de organización. Cuando sientes que no te da la vida para hacer todo lo que tienes que hacer, pueden surgir episodios de angustia en momentos de descanso (como el domingo), porque crees que no te mereces relajarte.
- Las expectativas. Si cada domingo te obsesionas con que esta semana tiene que ser la mejor de tu vida, siento decirte que es poco probable que esa predicción se cumpla. En consecuencia, irás acumulando malestar y explotará el domingo.
- La cultura de la productividad. Nos han metido en la cabeza que tenemos que estar siempre ocupados y que, además, siempre tendemos que rendir a la perfección. Esto es imposible y provoca una ansiedad muy intensa que camuflamos durante la jornada laboral, pero que sale a la luz durante el fin de semana.
- La precariedad. Antes hablábamos de personas a las que no les gusta su trabajo o estudios, pero también es importante tener en cuenta que hay personas que luchan a diario con unas condiciones laborales o económicas críticas, y el domingo pasa a ser “un espejo” de la realidad que están viviendo.
- El aislamiento. Muchas personas aprovechan el domingo para pasar tiempo con su pareja o familia, pero hay personas que se sienten solas o que viven muy lejos de sus seres queridos, pudiendo vivir este día con tristeza.
¿Cómo combatir el síndrome del domingo?
Aunque no hay una pastilla mágica, sí que podemos seguir ciertas recomendaciones para evitar la ansiedad anticipatoria característica de los domingos:
- Aprender a tolerar el aburrimiento. En otras palabras, no pasa nada si hoy no haces nada.
- Evitar revisar tareas laborales durante el fin de semana. Respeta tu jornada laboral y no te satures con obligaciones que no son prioritarias.
- No limites las actividades placenteras al fin de semana. Intenta hacer cosas que te gustan entre semana como salir a dar un paseo, comer fuera, leer, ir al cine o visitar a algún ser querido.
- Pon límites en el trabajo. Si dedicas tu tiempo a resolver los problemas de todos, es normal que te satures. Por eso es importante aprender a decir “no”.
- Durante tus horas libres, desactiva las notificaciones del móvil (sobre todo las relacionadas con el trabajo o los estudios).
- Los viernes, planifica tu jornada laboral. Si dejas esta tarea a los domingos, puedes sentirte bastante abrumado.
- Desahógate con la gente que te rodea. Si estás mal, no lo vivas en silencio.