¿Por qué el abuso de antibióticos puede provocar enfermedades?

La aparición de los antibióticos en la medicina supuso un gran avance durante el siglo XX. Gracias a ellos se han podido detener infecciones bacterianas que antes resultaban mucho más peligrosas. Sin embargo no son la solución para cualquier malestar que podamos tener. De hecho, el abuso de los antibióticos puede provocar enfermedades.

¿Para qué sirven los antibióticos?

Para explicar por qué su uso desmedido puede resultar perjudicial para la salud, antes hay que entender cuál es la función de los antibióticos. Como su propio nombre indica, están creados para eliminar microorganismos vivos, es decir, aquellas bacterias que son nocivas para el cuerpo humano. Por lo tanto, son un recurso esencial cuando se trata de luchar contra infecciones bacterianas.

Sin embargo, en ocasiones nos empeñamos en utilizarlos contra los virus, cuando estos no son microorganismos vivos. Para detener infecciones como el resfriado, la gripe o incluso la bronquitis, los antibióticos no son efectivos. Por lo tanto, si los ingerimos sin necesidad, lo único que estamos haciendo es eliminar bacterias que sí pueden ser beneficiosas para el organismo. Y es que no podemos olvidar que los antibióticos no se limitan a acabar con las invasiones bacterianas malignas, sino que pueden arrasar con todas las bacterias que se encuentren a su paso.

¿Por qué el abuso produce enfermedades?

Más allá de que una ingesta excesiva en un momento dado pueda ser el causante de algún tipo de intoxicación, el abuso de antibióticos es peligroso para la salud porque puede provocar que las bacterias dañinas terminen siendo resistentes a su efecto. Esto supone un gran inconveniente, ya que se pierde la opción más directa y efectiva para acabar con una enfermedad. 

Tal es la magnitud del problema que la Organización Mundial de la Salud asegura que “la resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo”, ya que “puede afectar a cualquier persona, sea cual sea su edad o el país en el que viva”.

¿Qué es la resistencia a los antibióticos?

De acuerdo con esta organización supranacional, esta resistencia es un fenómeno natural, sin embargo, el abuso de los antibióticos acelera el proceso de tal modo que cada vez son más las infecciones con un tratamiento más complicado. Y claro está, esto redunda en un mayor estrés para el sistema sanitario, prolongando las estancias en los hospitales e incrementando los gastos médicos. 

¿Cómo prevenir la resistencia a antibióticos?

Para atajar este problema creciente, la OMS señala una serie de recomendaciones que conviene tener en cuenta:

  • No se deben tomar antibióticos si no los ha prescrito un profesional sanitario con anterioridad.
  • No solicitar este tipo de medicinas si dichos profesionales aseguran que no son necesarios. Además, hay que seguir siempre sus recomendaciones al respecto.
  • No utilizar antibióticos que hayan sido recetados a otras personas

Además de evitar el abuso de antibióticos, hay otros hábitos que pueden evitar que las bacterias desarrollen esa resistencia. En primer lugar, hay que lavarse las manos cada vez que se vaya a cocinar o a comer. Asimismo, los alimentos deben prepararse en unas condiciones higiénicas “tomando como modelo las cinco claves para la inocuidad de los alimentos de la OMS: mantener la limpieza, separar alimentos crudos y cocinados, cocinar completamente, mantener los alimentos a temperaturas seguras y usar agua y materias primas inocuas”.