El sellado dental es una opción muy interesante sobre todo para los niños. Puede evitar que se formen caries e infecciones protegiendo los dientes como una capa impermeable, lo que a largo plazo nos ahorrará tiempo y dinero. ¿En qué consiste y cuándo es necesario?
Cepillarse los dientes y usar hilo dental son las mejores maneras de evitar que salga sarro y caries, pero no siempre es fácil llegar a todas las cavidades y grietas de los dientes, sobre todo los molares, en la parte posterior de la boca. En ellos se acumula la mayoría de los restos de comida y bacterias que afectan a nuestra salud dental.
El sellado dental es una capa protectora que se adhiere a los dientes, de manera que las bacterias y el ácido no pueden ingresar en las cavidades entre los dientes, que quedan completamente cubiertos, como por un impermeable. Esto nos evita tener que recurrir a intervenciones más invasivas y costosas.
Se aplica mediante una intervención rápida e indolora. Los selladores modernos suelen fabricarse a base de resina sintética o de ionómero de vidrio, y a veces contienen flúor que ayudan a proteger más el diente. Generalmente, su efectividad dura unos cinco años.
Hay varios factores a tener en cuenta para recurrir a los selladores dentales.