Vicky Rojo tiene cáncer de mama, un tipo de cáncer con una alta tasa de supervivencia del 70 %. Por desgracia, ella forma parte del 30 % restante que desarrolla lo que se conoce como cáncer de mama metastásico que, como ella misma explica, "de momento no tiene cura" y tiene una esperanza de vida de cinco años desde la obtención del diagnóstico.
"La gente me dice: 'Ah, tienes cáncer de mama, te vas a curar'. Y no, no me voy a curar", cuenta en una entrevista con EFE mientras se prepara para participar en la primera Carrera Mujer del año en España esta paciente, que se ha propuesto llevar la enfermedad "con naturalidad y humor", aunque siempre aceptando que en esto de superar grandes obstáculos cada uno hace lo que puede.
Hace cuatro años se descubrió a sí misma el bulto poniéndose crema corporal y, desde entonces, su vida se paró y empezó todo un proceso en el que primero le diagnosticaron cáncer de mama primario: "Te sientes perdida, todos oímos hablar del cáncer, pero hasta que no lo vives de cerca no te metes de lleno en él".
Pasó todas las pruebas y tratamientos y cuando llegó el momento de descansar y recuperar su cuerpo, este no respondió. "Estuve diez meses que no podía vestirme sola, tenía un cansancio extremo, le tenía que pedir a mi hija que me pusiera las bragas", añade.
Por ese entonces, su anterior vida con un trabajo de más de 20 años de antigüedad en la banca se había esfumado y solo quedaban ese terrible cansancio y constantes consultas al médico en búsqueda de pruebas que revelaran lo que le pasaba.
En un intento de recuperar su rutina, regresó a su puesto laboral pero el dolor se volvió insoportable y solo aguantó cuatro días que terminaron con una visita a urgencias y con un escáner con contraste que por fin desveló su diagnóstico.
"Tenía la vértebra L2 destrozada por la metástasis y me tenían que hacer una operación urgente, una vertebroplastia para poner cemento en esa vértebra", indica, a la vez que recuerda la felicidad que sintió por tener, por fin, un diagnóstico.
"Cuando fui consciente de lo que es una metástasis, que significa que no tienes cura y que no sabes si es un proceso de 1, 2 o 5 años con estadísticas demoledoras, me vine abajo", pero a partir de ahí, decidió que iba a vivir pensando en romper esas estadísticas.
Además de su marido y su hija de quince años, Rojo encontró por fin un pilar de apoyo fundamental en la Asociación Española de Cáncer de Mama Metastásico y es que ella, como tantas otras, no se sentía representada con los discursos de apoyo o talleres destinados a pacientes con cáncer de mama que no han desarrollado metástasis.
La premisa principal de esta asociación es "más investigación para más vida" y sobre todo más fondos para que los estudios consigan medicamentos que permitan cronificar la enfermedad, porque a día de hoy "la curación es una utopía".
Otra de las líneas de trabajo es la de dar visibilidad a las pacientes y, por ello, se ha impulsado la iniciativa "La M que falta" en colaboración con la Alianza Daiichi Sankyo-AstraZeneca y que tiene como objetivo completar la conversación sobre el cáncer de mama con lo que se conoce como Triple M: Mujer, porque según datos de la asociación en ellas se da el 99 % de los casos, Mama y la gran ausente, Metástasis.
Dentro de esta acción, la asociación estará presente en todas las paradas de la Carrera de la Mujer, que comienza su recorrido este domingo en Las Palmas de Gran Canaria y en las que habrá un puesto informativo sobre el cáncer de mama metastásico, así como pautas para la donación de fondos.
Como la cabeza visible de la asociación en Canarias, Vicky Rojo estará en un expositor situado durante todo el fin de semana en el centro comercial las Arenas y participará en la carrera con muchas ganas de profundizar sobre su enfermedad con todos aquellos interesados en saber más.
Otro punto fundamental en la asociación consiste en ejercer como punto de encuentro para los pacientes y es que, en su caso, a Rojo le ayudó mucho escuchar las historias de los demás para relativizar la suya.
En Canarias aún no se ha hecho una quedada física, pero por un grupo de WhatsApp las pacientes comparten sus dudas, sus miedos y sus experiencias y, sin duda, es un espacio "muy liberador" y es que muchas veces es difícil trasladar los temores relacionados con la enfermedad a seres queridos porque ellos también transitan por momentos delicados.
"Si tú me ves jamás dirías que tengo cáncer o que estoy enferma, hay mucha gente que banaliza con esto y por mi aspecto me dicen que no tengo nada y que me voy a curar seguro", manifiesta.
"Todo el mundo piensa que estás jodido si estás como Pau Donés en su documental, pero antes de eso vives con diarreas, náuseas, no puedes salir cuando tú quieres y tienes muchos dolores musculares", añade.
"Me compré una peluca igual a mi pelo porque no quería que la gente me mirara con compasión, luego en mi casa iba sin peluca o con un pañuelo", cuenta.
Todos estos estereotipos, los combate desde su cuenta de Instagram @rosa_empolvado en la que además realiza una crítica a ese "cáncer de color de rosa" que se intenta vender sobre todo durante el mes de octubre desde las grandes multinacionales y algunos medios de comunicación y que deja desplazado por completo al cáncer de mama metastásico con el que le ha tocado vivir.