Hay que empezar a hablar sin tapujos de la menopausia. Una etapa que atraviesan ahora mismo 11 millones de mujeres, que dura unos ochos años y que conlleva muchos síntomas. Muchos de ellos físicos y evidentes, pero otros han estado demasiado tiempo silenciados. Eso hace que muchas mujeres se sientan solas e incomprendidas. Y no, no es cosa de viejas.
El mito de que la menopausia es cosa de viejas es una realidad. Si tecleamos en internet mujer menopáusicas nos salen fotos de sexagenarias con gestos de desesperación y si preguntamos por la calle qué es la menopausia nos queda claro que para nuestra sociedad Menopausia es sinónimo de vieja. Hoy en el día internacional de la mujer, hay que dejar claro que la menopausia es el momento en el que decimos adiós a nuestra vida fértil, esa que hemos vivido 37 años de media, pero no significa que la mujer deje de ser atractiva o no pueda tener sexo.
Es cierto que el sofoco es el síntoma más visible de la menopausia -aunque ahora se habla más de estrés-, pero hay otros ocultos como la disminución del deseo sexual, el insomnio, y en muchos casos un considerable aumento de peso aunque no tiene por qué pasar siempre.
Es posible que en ese período las mujeres se ven más feas, pierdan la autoestima y tenga cambios de humor. Es una realidad pero el estrés o la tristeza la padecen en silencio y eso es lo que hay que erradicar. Es necesaria más comprensión y visibilización. Famosas que ya la sufren reivindican que este es un momento de gran plenitud, así que cuando les preguntemos por la menopausia: cambien el chip y piensen en mujeres de 50.