En un mundo en el que las redes sociales han cambiado la forma en la que nos relacionamos - a todos los niveles: desde cómo trabajamos hasta cómo nos enamoramos - los filtros son algo de lo más habitual. Sin embargo, los retoques digitales de Instagram, TikTok o Snaptchat se detectan fácilmente y, aunque muchos de ellos aumentan la belleza de hombres y mujeres y cubren sus defectos, no son tan realistas como para engañar al receptor.
Al menos, así era hasta ahora. En TikTok se ha puesto de moda un filtro llamado 'Bold Glamour' que, si bien no es diferente a otros en su optimización - maquilla la línea del ojo, levanta los pómulos, alisa la piel y engorda los labios para que parezcan más nerviosos - destaca porque es tan real que no parece que los usuarios lo hayan usado. Esta capa invisible ha causado tal indignación en las redes, ¡que hasta Ana Rosa Quintana lo ha probado! (y condenado).
El filtro es tan real porque está basado en la inteligencia artificial y, aunque se ha hecho muy popular, también han sido muchas las voces que lo han criticado. Varias usuarias han denunciado que, aunque pongas la mano o apartes la cara, aunque se te caiga el pelo por encima, no se nota en ningún momento que está ahí, por lo que parece su propia cara.
"Te voy a decir por qué este filtro es un problema", ha dicho una de ellas en un vídeo: "Puede ser una forma de verse más bonita en las fotos, pero el problema llega cuando lo ve una adolescente, mi hija de 10 años o una mujer que tenga muy lastimada su autoestima", porque, como alertan, el nivel de perfección física al que se está llegando cosifica a las mujeres y esconde su belleza real, que es la que debe ser normalizada.