El problema de la sanidad en España se refleja también en el ánimo de los profesionales. De acuerdo a los últimos estudios, hasta un 40% de los médicos de Atención Primaria y de las Urgencias tienen el denominado ‘síndrome de burnout’ o ‘síndrome del trabajador quemado’, según los parámetros de la OMS. Saturados, con un estrés continuo y en condiciones laborales precarias, muchos tienen que pedir la baja porque no pueden más en el puesto de trabajo.
“Delante de los pacientes no era capaz ni de atender ni de entender… No quería ir a trabajar, no quería enfrentarme a la consulta”, cuenta ante las cámaras de Informativos Telecinco un médico de familia de la Comunidad de Madrid, explicando que llevaba desde el 17 de febrero “de baja”.
Desde entonces, explica, está recibiendo “tratamiento farmacológico y terapia psicológica”.
Para él, como para otros compañeros en su situación, su trabajo le ha llevado a tal punto de ansiedad que teme incluso volver a ejercer.
“Esto no es hacer polvorones. Es atender”. “Y siempre te queda la duda si detrás de alguna de esas demandas hay algo más”. “Yo no sé si me voy a reincorporar. Tengo miedo. Miedo al fracaso, a cometer errores, a perder el control delante de los pacientes”, cuenta.
Sometido a un estrés continuado en el tiempo, denuncia también la falta de apoyo: “Nos llaman vagos, rojos, huelguistas profesionales”, denuncia.
En lugar de encontrar ayuda y medidas que eviten la saturación y el colapso, la situación no mejora. Falta plantilla, falta personal, falta conciliación… Las condiciones en las que trabajan, como vienen reivindicando en múltiples ocasiones los sanitarios, les llevan al límite.
Así lo expresa también una médica de familia que nos atiende desde Galicia. En su caso, el estrés y la presión que sentía la llevó a tener que pedir una excedencia.
Todo ello se sentía en su estado de ánimo, mostrándose frecuentemente seria, enfadada o “preocupada todas las tardes porque no sabes si has hecho bien tu trabajo”.
Fue entonces cuando decidió hacer una pausa. “Teníamos 80 y 90 pacientes. En vez de irte a las 15 te vas a las 16 o a las 17”, explica, revelando que sufría, como tantos compañeros, una excesiva carga de trabajo.
En este contexto, los facultativos están ‘quemados’, presos de un síndrome de burnout que afecta al 40% en Atención Primaria. “Se relaciona al malestar que produce el ejercicio de la profesión”, subraya Antoni Calvo, director de la Fundación Galatea.
Para muchos, este estrés continuado ha convertido la vocación en una verdadera tortura.