Este año la gripe se ha convertido en una de las principales protagonistas en los hospitales, centros de salud y ambulatorios de toda España. Después de algo más de un año con pocos casos gracias a la mascarilla que llegó con el coronavirus, desde otoño de 2022 los contagios de la gripe se han multiplicado de forma exponencial.
Y ahora parece que estamos ante una nueva ola en la que se pueden estar combinando las dos cepas: porque la gripe A y gripe B tienen diferencias. De hecho, España está en medio de una segunda gran ola de gripe en la temporada de invierno que resulta "poco usual" para los virólogos porque tiene cepas distintas y aumentan los casos de gripe B, que lleva desde 2018 sin causar una epidemia.
La tasa de gripe en Atención Primaria aumenta por cuarta semana consecutiva, asociada a un aumento en la circulación de virus de la gripe B, de acuerdo con el último informe de Vigilancia de infecciones respiratorias agudas de España del Instituto de Salud Carlos III . Las mayores tasas de gripe se observan en los menores de 15 años.
La sensación es que la gripe este año dura más, pero como explica al respecto la médica especialista en epidemiología, medicina preventiva y salud pública, María Elisa Calle Purón en El País, la fiebre dura unos cuatro o cinco días, como mucho, y el dolor muscular se suele quitar en seis o siete días. Y eso sigue siendo así.
Otra cosa es que los expertos pongan encima de la mesa que existen multitud de virus que pueden provocar estornudos, tos, mocos y que la sensación de cansancio y tos duren más. La diferencia fundamental es la fiebre y el dolor muscular. Esa es la diferencia entre la gripe y otros virus catarrales. Y estos procesos catarrales pueden ser más o menos fuertes pero encadenarse con procesos gripales.
Las bajas temperaturas, y en definitiva, el frío, no ayudan y provocan un debilitamiento de nuestras mucosas nasales y una merma de nuestro sistema inmune. En España los termómetros van a caer 15º. Estos factores pueden dar lugar a la aparición de algunos virus como gripe, resfriados, laringitis o bronquiolitis.
Los síntomas más habituales de la gripe B son: fiebre, tos, dolor de garganta, congestión nasal, dolores musculares, dolores de cabeza y sensación de fatiga. En algunos casos puede también presentarse vómitos y diarrea, algo más común en niños que en los adultos. No siempre están todos estos síntomas presentes, ya que en algunos casos el cuadro sintomático puede presentarse con ausencia de fiebre, aunque siempre hay que estar vigilante ya que la gripe, aunque suele ser una enfermedad leve, en algunos casos presenta altas tasas de mortalidad vinculada al estado de salud previo de los pacientes afectados.
La gripe A es una enfermedad provocada por el virus influenza A subtipo H1N1 que durante los últimos meses está afectando a cientos de personas en nuestro país. Pero, a pesar de que sus síntomas son más severos que los de la gripe común, por norma general no implican complicaciones graves para personas sanas.
Los síntomas de este tipo de gripe son fundamentalmente respiratorios, como la congestión nasal y la tos seca y fiebre. Una de las preocupaciones de las personas que pasan esta enfermedad tiene que ver con las secuelas. El virus y su periodo de transmisión duran 7 días, aunque tras superar la enfermedad pueden aparecer secuelas durante algunas semanas como fatiga o astenia.