El actor Richard Gere, de 73 años de edad, ha tenido que permanecer 24 horas ingresado por una neumonía cuando se encontraba de vacaciones en Nuevo Vallarta, México, con su mujer, Alejandra Silva, y sus hijos. Antes de emprender el viaje, tanto el actor como su mujer ya tenían tos, que no se quitaba. Pero, ¿es este el único síntoma de esta afección respiratoria?, ¿cuándo debemos alarmarnos e ir al médico?
Al parecer tanto Richard Gere como Alejandra Silva habrían tenido tos durante tres semanas, que finalmente en el caso del actor derivó en una neumonía y tuvo que ser tratado con antibióticos. Aunque ya se encuentra mejor, según ha comunicado su mujer, existen síntomas que podrían indicarnos que lo que estamos experimentando no es un mero resfriado o una gripe.
La neumonía es una infección que puede estar causada por microrganismos como bacterias, virus y hongos, y que “inflama los sacos aéreos de uno o ambos pulmones”, según explican desde Mayo Clinic. Estos se llenan de líquido o pus y provoca tos con flema o pus, fiebre, escalofríos y dificultad para respirar. Aunque en algunos casos puede ser suave, en otros, puede llegar a ser mortal, especialmente, en bebés y niños, personas mayores de 65 años, personas con problemas de salud o sistemas inmunitarios debilitados.
En función de varios factores -el tipo de microrganismo que ha causado la neumonía, la edad y el estado de salud- los síntomas de la neumonía pueden variar y perdurar más o menos en el tiempo.
Entre los síntomas que puede presentar una persona como Richard Gere con neumonía se encuentran los siguientes: dolor en el pecho al respirar o toser; desorientación o cambios de percepción mental; tos que puede producir flema; fatiga; fiebre, transpiración y escalofríos con temblor; temperatura corporal más baja de lo normal; náuseas, vómitos o diarrea y dificultad para respirar.
Mayo Clinic recomienda acudir al médico si se presenta dificultad para respirar, dolor en el pecho, fiebre por encima de 39ºC, tos persistente o con pus. Además, urge a ir al hospital, especialmente, si es un colectivo de riesgo al poder convertirse en una afección potencialmente mortal.
Entre otras complicaciones, los colectivos vulnerables pueden presentar: bacterias en el torrente sanguíneo (bacteriemia); dificultad para respirar; acumulación de líquido alrededor de los pulmones (derrame pleural) y absceso pulmonar.
Para prevenir esta afección, recomiendan: vacunarse, especialmente los niños; mantener una buena higiene de manos; no fumar y mantener fuerte el sistema inmunitario.