Las alergias es una de esas enfermedades que pueden aparecer en cualquier momento de la vida, aunque llevemos años comiendo un alimento, o una década conviviendo con un animal. En estos casos, dependiendo del grado de alergia, las soluciones son varias, siendo siempre la última opción en el caso de muchos por todo el cariño que se les quiere el regalar a nuestras mascotas, un miembro más, e importante, dentro de nuestras familias.
En caso de encontrarnos en esta situación tan desagradable, y de saber un poco qué hacer, charlamos en Infosalus con la facultativa especialista en Alergia del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, la doctora Pía Calzada, miembro igualmente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), quien efectivamente nos confirma que las alergias pueden aparecer en cualquier momento de la vida, y que hay opciones ante este tipo de situaciones.
Sobre todo, según precisa, las alergias a mascotas son frecuentes en aquellas personas que tienen una base atópica, es decir, que cuentan con predisposición genética a presentar alergias, con dermatitis atópica, o con alergia respiratoria al polen. "Estas son más susceptibles de generar alergia a su mascota, no siempre, pero tienen más papeletas para ello", remarca la alergóloga.
Puede suceder de repente, según lamenta, y aunque lleves años con el animal: "Es verdad que hay personas a quienes la alergia les aparece desde la infancia, pero esta es una enfermedad que puede surgir en cualquier momento. Muchos se sorprenden de que aparezca en la edad adulta o tras convivir muchos años con el animal, pero pueden aparecer en cualquier momento, y no existe un método preventivo para saberlo".
Por eso, y ante la pregunta de muchos pacientes en consulta sobre si pueden o no tener mascotas, la doctora Calzada señala que, si hay atopia, siempre la recomendación es que no se tengan mascotas porque estas personas tienen posibilidad de desarrollar alergia hacia sus mascotas en el futuro.
Por otro lado, llama la atención sobre el hecho de que hay muchos estudios que hablan de que exponerte a mascotas con pelo desde niños o bebés (como el perro o el gato, las mascotas preferidas de los españoles) puede representar un factor protector a la hora de desarrollar en el futuro alergia a las mascotas. No obstante, la experta resalta que, a día de hoy, no hay respuestas sobre el tema porque los estudios realizados hasta la fecha no son concluyentes.
Con ello, preguntamos a la doctora Calzada por aquellos signos que pueden hacernos sospechar de que nuestra mascota nos da alergia. Parte de la idea de que cualquier mascota puede dar alergia y dice que, normalmente, la mayor parte de hogares españoles en general tenemos mascotas tipo mamíferos, como son los perros y los gatos. La alergia que solemos presentar en estos casos es respiratoria y a nivel ocular (picor ojos, estos lloran, o bien se ponen rojos), así como un continuo catarro, o que la persona no pare de moquear, pero a la vez se puede presentar picor de nariz, según detalla.
Ahora bien, advierte de que, a medida que la inflamación avanza, los síntomas respiratorios llegan a los bronquios y hay pacientes con opresión torácica, dificultad para respirar, tos seca, picor en garganta, en la piel, hinchazón de los párpados, habones, o por ejemplo ronchas en la piel después de que les laman o les arañen las mascotas.
En el caso de los roedores o los conejos, la doctora Calzada señala que, aunque hay menos casos descritos, cuando nos muerden o vamos a limpiarles el heno eso también puede producir síntomas a nivel respiratorio y cutáneo.
Tener en cuenta también, según prosigue, el caso de los investigadores o veterinarios, las personas que por su trabajo se exponen a los animales, y a través de heridas que se puedan hacer en la piel, por ejemplo, por las lancetas que emplean o por las jeringuillas, y que están contaminadas por fluidos del animal, se ven casos de anafilaxia. "Esto no es frecuente, pero puede aparecer", aprecia la alergóloga del Hospital Ramón y Cajal.
Así, y si descubrimos que efectivamente somos alérgicos a nuestra mascota, subraya que hay varios pasos que podemos seguir. En primer lugar, apunta a evitar el contacto, a retirar el animal de la vivienda; aunque no suele ser lo deseado por los dueños.
"Pero claro hablamos de mascotas, con las que tenemos un apego emocional, son un miembro más de la familia. Supondría un trastorno que se marchara. Entonces, muchas veces, dado que esto no es posible o no se quiere tomar esta decisión, se recomienda disminuir la carga del alérgeno del animal y para ello hay varias estrategias", agrega.
Con ello, explica que el alérgeno son las proteínas que nos provocan la alergia a nuestro animal: "Aunque normalmente los pacientes hablan del pelo, en realidad no lo es, sino lo que más alergia da es la caspa que se forma. Los alérgenos suelen estar en la orina, en las glándulas sebáceas, y en la saliva, y con todas esas proteínas se forma un batiburrillo de proteínas que es lo que es la caspa. Como no pesa, o no es densa, está en el ambiente, en el aire, y se puede posar en alfombras, cortinas, y muebles".
A juicio de esta experta, por tanto, es imprescindible disminuir la carga alérgenos y, si se puede, una forma de hacerlo es teniendo al animal fuera del domicilio o evitar que este entre en los dormitorios.
Después, la facultativa sugiere lavar al animal con frecuencia, "porque también se puede ser alérgico a los ácaros que llevan", según avisa; así como limpiar minuciosamente la vivienda, semanalmente, con aspiradores con filtros HEPA, sobre todo en las almohadas, en los muebles tapizados, en las cortinas, que son las zonas donde más se depositan; aparte, por supuesto, de ventilar a menudo, o de instalar purificadores de aire con filtros HEPA.
Igualmente, Calzada ve conveniente lavar la ropa cuando estás en contacto con los animales y ponerles lociones comerciales para la mascota, que se venden en locales veterinarios, ya que estos hacen que se evite tanta caspa, que en realidad es el vehículo que transporta la alergia.
Posteriormente, la especialista del Hospital Ramón y Cajal menciona que existen tratamientos farmacológicos para paliar esa inflamación, además de vacunas de alergia, la conocida como inmunoterapia, y que hoy en día hay disponibles para gato, perro o caballo. Eso sí, precisa que previamente habría que hacer estudios de alergia para cerciorarse de que el paciente puede beneficiarse de este tratamiento.
Se especula si detrás de razas de gato o de perro hay algunas que son menos alergénicas que otras, y en opinión de esta doctora esto cobra sentido cuando la mascota tiene menos pelo, este es más corto, porque es cuando desprende menos caspa.
"Todos los animales cuanto más pelo tienen, más tendencia a generar caspa presentarán, de forma que estos animales siempre darán más alergia que otros. No hay evidencia científica que confirme que haya razas hipoalergénicas de mascotas, porque los alérgenos se originan en la saliva y en la piel de los animales, es lo que conforma la caspa de la que estamos hablando. Y no hay que olvidar que, aunque el animal no tenga pelo, si tendrá saliva o glándulas sebáceas. Por lo que no hay ningún animal que no dé alergia, sino que habrá algunos que podrán dar un poco menos de alergia que otros", remarca.
Entonces, para las personas con atopía o alérgicas, preguntada por cuáles son las mascotas más idóneas, esta alergóloga apunta a reptiles, peces, y tortugas, "suelen ser los mejores candidatos a tener como mascotas porque es raro que den alergia".
Reconoce que hay casos que se han visto, si bien asegura que son "prácticamente anecdóticos", aunque apunta que, a veces, con las comidas que se les dan pueden producir alergia. "Hay que tener cuidado", insiste la doctora Calzada.
En el caso de los pájaros sostiene igualmente que es raro que den alergia. "Por detrás del perro y del gato suelen ser las mascotas más frecuentes entre los españoles. Sí se han descrito casos aislados con el uso de edredones o de almohadas de plumas, pero suele ser más por los ácaros", avanza.