¿Qué es la dishidrosis, qué síntomas produce y cuál es su tratamiento?

La dishidrosis palmar y plantar, también conocida eccema dishidrótico, es un tipo de inflamación de la piel que se caracteriza por la aparición en las manos y los pies de pequeñas ampollas llenas de líquido. Estas vesículas suelen producir picor y comezón intensos, según recogen webs especializadas en salud. Es común en ambos sexos y puede padecerse a cualquier edad, aunque suele comenzar entre los 15 y 30 años.

Se trata la dishidrosis de una enfermedad a menudo crónica, no contagiosa y suele tener carácter estacional, pues su frecuencia es mayor en los meses de primavera y verano. Este trastorno presenta episodios de exacerbación y otros de remisión y representa el 5%-20% de los eccemas de las manos.

Con frecuencia, los signos de este trastorno desaparecen por sí solos al cabo de tres o cuatro semanas, aunque suele reaparecer. Tras un periodo sin lesiones, el siguiente brote puede producirse desde unas semanas a varios meses después. En ocasiones, puede volverse crónico, es decir, que no llega a desparecer del todo.

Qué propicia la aparición de la dishidrosis

  • Padecer dermatitis atópica u otras enfermedades alérgicas como el asma o la rinitis.
  • Tener alergia a sustancias como perfumes, algunos medicamentos, níquel, cobalto o cromo (presentes en artículos de joyería, pinturas, cueros, esmaltes, objetos metalizados…).
  • Sufrir estrés emocional.
  • Padecer una infección producida por bacterias u hongos en la piel, pero en zonas distintas a donde aparecen las vesículas, por ejemplo y especialmente, en los pies.
  • En algunas ocasiones, el embarazo puede ser un desencadenante, debido a las variaciones hormonales.

¿Cómo se manifiesta la dishidrosis?

La enfermedad suele empezar entre los dedos y luego extenderse a las palmas. También puede aparecer en la planta y los laterales de los pies, aunque solo en una de cada diez ocasiones afecta a la vez a las manos y los pies, pero es poco frecuente que aparezca en el dorso de las manos o en la piel de los brazos u otras partes del cuerpo.

Signos físicos de la dishidrosis

  • Aparición de pequeñas ampollas (vesículas): cuyo diámetro suele ser aproximadamente de medio milímetro a dos y que a menudo causan un picor intenso.
  • Descamación de la piel: producida por esas vesículas, que en su interior contienen líquido.
  • Irritación y engrosamiento de la piel: se da cuando las vesículas aparecen de manera crónica y, sobre todo, si la persona que sufre el eccema se rasca.

¿La dishidrosis se puede curar?

No existe una cura definitiva para la dishidrosis, pero sí existen tratamientos que permiten controlar los brotes. Según la Academia Española de Dermatología y Venereología, normalmente se basan en:

  • Aplicación tópica de corticoides de alta potencia durante una o dos semanas y, en algunos casos, de apósitos húmedos para secar las vesículas.
  • En función de la intensidad de la lesión y de la fase en la que se encuentre, pueden ser necesarios los corticoides orales.
  • Antibióticos: en caso de que se haya producido una infección por bacterias.
  • Productos emolientes: pueden ser útiles también para paliar la sequedad de la piel o posibles grietas o fisuras; también pueden usarse cremas hidratantes de mantenimiento entre los brotes.
  • Antihistamínicos orales: pueden ayudar a calmar el picor que producen las pequeñas ampollas.
  • Otros tratamientos más específicos: la fototerapia (PUVA) u otros fármacos sistémicos o tópicos se han venido aplicando en casos particularmente intensos y con brotes continuos. Es el dermatólogo el que valorará el más indicado en estas situaciones.