"Los problemas de salud mental no son solo el resultado de desequilibrios químicos y genéticos de los que se sale con pastillas; dependen también de factores medioambientales contra los que podemos actuar para sentirnos mejor", según ha explicado en una entrevista con EFE la psiquiatra estadounidense Ellen Vora -graduada en la Universidad de Yale y especializada en la de Columbia- acaba de publicar "La Anatomía de la Ansiedad" (Paidós), un libro para comprender y superar la respuesta de nuestro cuerpo al miedo y en el que insiste en que "la salud de nuestro cuerpo tiene mucha influencia en la mental".
"Cómo dormimos, nos alimentamos, nos cuidamos o satisfacemos nuestras necesidades psicosociales son cosas que podemos hacer de forma económica para ayudar a nuestra salud mental", incide la experta, quien también recomienda limitar y aprender a usar las pantallas.
Aunque advierte de la actual crisis global sin precedentes en salud mental y reconoce el papel de la ayuda profesional para hacerle frente, alerta de que "nos encontramos en el pico de medicación más alto de la historia".
Distingue entre ansiedad "verdadera" y "falsa". ¿Cuál es la diferencia?
Parte de la ansiedad es totalmente evitable y esa es la falsa. Es fruto de un desequilibrio fisiológico como puede ser la inflamación, las deficiencias de micronutrientes o alteraciones hormonales. No significa que la reacción del cerebro ante estas situaciones sea mentira, pero sí nos indica que podemos corregirla y evitar el sufrimiento.
Sin embargo, la verdadera ansiedad esta dentro de nosotros, es una llamada de atención que nos dice que tenemos que bajar el ritmo o hacer cambios.
Uno de los factores que desencadenan la ansiedad es la falta de sueño. ¿Qué hay que hacer para dormir bien?
Nuestro cuerpo quiere dormir y sabe dormir, no está roto, pero le estamos dando todas las indicaciones incorrectas. Tenemos que cambiar la estrategia y crear las condiciones para que pueda dormir, lo que tiene que ver con respetar el ritmo circadiano, nuestra temperatura, estabilizar nuestros niveles de azúcar por la noche o dejar el alcohol y el café.
¿Cómo influyen las pantallas en el sueño?
Recomiendo apagarlos una o dos horas antes de irnos a la cama y no tenerlos en la habitación porque suprimimos melatonina y nos estimulamos. Dejar el móvil fuera va a ser un medio protector del sueño.
¿Qué papel juegan las pantallas en la ansiedad?
Mirar fijamente las pantallas puede indicar a nuestro cerebro que estamos ansiosos porque tenemos tensión en el cráneo y en los hombros. Así, una conversación por video amistosa puede provocar más ansiedad fisiológica de lo que pensamos.
En cambio, cuando estamos sentados en la misma habitación, giramos el cuello, enfocamos más lejos nuestra mirada y eso es importante para la relajación de la musculatura del cuello, cabeza, mandíbula y hombros, lo que tiene mucho que ver con la respuesta del estrés.
¿Influye también en el estrés la relación entre el cerebro y el estómago?
Es totalmente bidireccional. Estamos empezando a darnos cuenta de que si estamos sintiendo ansiedad, esto tiene un impacto en la digestión, pero no percibimos lo que pasa en sentido contrario.
Nuestro intestino le comunica al cerebro cómo está, cómo le afectan las medicaciones, los antibióticos, las grasas o los alimentos ultraprocesados, y eso se refleja en la ansiedad. ¡Curemos nuestro tracto intestinal y veremos la curación y las consecuencias positivas a otros niveles!
Frente al mensaje generalizado de evitar el sol, recomienda los baños solares para no tener déficit de vitamina D
No estoy diciendo que haya que tirar las cremas y coger quemaduras solares. Los riegos procedentes de la luz solar se tienen que evaluar a nivel individual, teniendo claro que hay muchos informes que alertan de los riesgos asociados a la baja vitamina D, que no se resuelven con suplementos.
Además, los riegos y beneficios varían en función de la melanina que tenga nuestra piel, del historial familiar de cáncer o del nuestro propio de quemaduras en el pasado.
¿Cómo se puede mantener la ansiedad a raya?. ¿No es algo que esté lejos de los más vulnerables?
Priorizaría el irnos antes a la cama, mantener los niveles de azúcar estables y conectarnos con las personas que queremos. También podemos hacer ejercicios de respiración, cantar o bailar.
Mis consejos son gratuitos o más rentables. Comer bien es una inversión que ahorra costes a largo plazo y se puede hacer consumiendo vegetales congelados, arroz o mantequilla.
Es importante empezar con esta pedagoga y no ver la falta de recursos como una barrera para mejorar la salud.