Kiko Rivera ha cumplido este jueves, 9 de febrero, 39 años. Sin embargo, no lo ha hecho de la mejor manera posible puesto que la pasada madrugada tuvo que acudir al hospital debido a un cólico nefrítico. El hijo de Isabel Pantoja no pasa precisamente por sus mejores momentos de salud puesto que el pasado mes de octubre estuvo ingresado tras sufrir un ictus, un caso que alertó sobre la importancia de actuar con rapidez.
"No se alarmen, solo tengo un cólico nefrítico, pero duele tela, telita, tela", escribió Rivera en su Instagram junto a una imagen en la que se le podía ver con una vía en el brazo. Unas horas después, y ya en su domicilio, el DJ quiso tranquilizar a sus seguidores asegurando en un vídeo que "he pasado una noche de perros. Ahora me duele menos". El sevillano añadió que "no sé si lo habéis tenido alguna vez pero no se lo deseo ni al peor de mis enemigos". Y es que, según los expertos, se trata de uno de los dolores más intensos que puede experimentar el cuerpo humano".
El cólico nefrítico, también denominado cólico renal o cólico de riñón, es una obstrucción de las vías urinarias causada principalmente por cálculos o piedras, que causa un dolor agudo en el costado, la cintura o en un lateral de la barriga. Dicho dolor comienza de forma brusca con una intensidad creciente e intermitente y se va extendiendo hacia las ingles o los genitales.
Cuando el cálculo o piedra renal se encuentra muy cerca de la vejiga, puede confundirse con una infección de orina. Si en las 72 horas posteriores no hay ninguna mejoría con el antibiótico para la cistitis, el paciente debe acudir al médico de nuevo para que se realicen las pruebas pertinentes y así detectar si se trata de un cólico nefrítico, destacan urólogos del Hospital Quirón de Málaga.
Los principales síntomas clínicos del cólico de riñón son:
El dolor del cólico renal se debe normalmente al aumento de la presión dentro de los conductos urinarios, que es producida por la obstrucción de los cálculos. A su vez, el origen de los cálculos se desconoce en la mayoría de los casos, y en muchos otros casos, cuando son asintomáticos, se suelen detectar por casualidad al realizar pruebas por otros motivos de salud.
La prevalencia de los cólicos renales es similar en hombres y mujeres, siendo más comunes los cólicos de ácido úrico en hombres y los cólicos cuyo origen es infeccioso en mujeres, y suelen darse entre los 30 y los 60 años. Por otro lado, hay hábitos como beber poca agua, tomar grandes cantidades de lácteos o abusar de laxantes, diuréticos o antiácidos, que podrían provocar un cólico renal con mayor facilidad. Existe mayor predisposición a sufrir cólicos renales si presentas antecedentes familiares.
Una de las mejores formas de prevenir esta patología es beber la cantidad recomendada de agua durante todo el día para evitar la solidificación de elementos presentes en la orina, que son los encargados de originar los cálculos. Además, es importante reducir el consumo de sal y moderar la ingesta de proteínas de origen animal.
Cuando se produce un cólico de riñón, el dolor es muy fuerte, por lo que normalmente el paciente acude a urgencias sin tomar ningún medicamento que les alivie. Sin embargo, antes de ir al hospital, se puede tomar un analgésico o un antiinflamatorio para disminuir el dolor.
En la mayoría de los casos, según informan los doctores del Hospital Quirón, el paciente expulsa sin mayor dificultad la piedra. Siempre hay que esperar un tiempo mínimo, ya que en el 80 % de los casos, los cálculos menores de 4 milímetros se expulsan solos. Para facilitar el proceso, es conveniente ingerir mucha agua y moverse frecuentemente.
Sin embargo, cuando existen piedras superiores a dos centímetros, habrá que someter al paciente a una litotricia, que se trata de un procedimiento en el que se usan ondas de choque para descomponer el cálculo.