Las pulsaciones ofrecen una información muy valiosa sobre la salud de nuestro corazón, aunque rara vez reparamos en ello. Pero, ¿cuál es la frecuencia cardíaca normal que debemos tener en reposo? Esto depende mucho del sexo y la edad, así como otros factores que vemos a continuación.
La frecuencia cardíaca es el número de latidos por minuto. Con cada latido, el corazón se contrae y relaja. Tener un pulso "normal" es de vital importancia, puesto que esto indica que el corazón está bombeando la sangre hacia todos los órganos. Generalmente nos tomamos el pulso en el interior de la muñeca o la zona lateral del cuello, aunque hoy en día los relojes inteligentes miden las pulsaciones.
Una frecuencia cardíaca en reposo normal para los adultos oscila entre 60 y 100 latidos por minuto, pero para concretar un poco más es necesario tener en cuenta varios factores:
A medida que vamos creciendo, la frecuencia cardíaca disminuye hasta estabilizarse en la edad adulta, en torno a los 20 años. Las mujeres suelen tener, por norma general, una frecuencia cardíaca ligeramente superior a la de los hombres.
En los hombres, como decimos, la frecuencia cardíaca es algo menor en la edad adulta, mientras que las pulsaciones por minuto promedio son iguales a las de las mujeres hasta los 20 años en condiciones de reposo.
En personas deportistas, ya sean hombres o mujeres, el corazón “aprende” que no necesita bombear sangre a velocidad alta cuando el organismo está en reposo, y por tanto el ritmo cardíaco puede ser menor cuando no se está entrenando. Esto ocurre porque, durante el ejercicio, el corazón hace un esfuerzo mayor para bombear sangre.
Por eso es tan aconsejable realizar algo de ejercicio físico en personas de todas las edades para mantener una buena salud del corazón, sobre todo si somos propensos a sufrir taquicardia.
Existen fármacos que son capaces de reducir la frecuencia cardíaca, aunque se deben tomar bajo recomendación del médico.
En cambio, unas pulsaciones del corazón por debajo de lo normal, lo que se conoce como bradicardia, puede llegar a producir desmayos o falta de aire, así como un riesgo mayor de sufrir un infarto o un paro cardíaco.
En ambos casos, si tenemos pulsaciones demasiado rápidas o demasiado bajas, es importante consultar a un médico.