Reducir en lo posible el uso de ordenadores, tabletas o teléfonos móviles, procurar parpadear con más frecuencia y descansar la vista de vez en cuando mirando a lo lejos son algunos de consejos para paliar el ojo seco, un síndrome que en invierno puede acentuarse.
En una entrevista con EFE, el oftalmólogo Andrés Fernández-Vega ha explicado que unos cinco millones de personas padecen en España este síndrome de origen multifactorial, consistente en la sequedad de la superficie ocular, una prevalencia que “aumenta radicalmente a medida que la gente se va haciendo mayor y más aún en las mujeres una vez que pasan la menopausia”.
El síndrome del ojo seco es una enfermedad de la parte externa del ojo (párpados, conjuntiva, córnea y lágrima) que se produce cuando ésta pierde su función de proteger, lubricar y mejorar la visión y puede ser tanto por una falta de secreción de lágrima por el ojo, por su evaporación o por un componente neuronal.
Los principales síntomas son la irritación, sensación de arenilla en los ojos o de sequedad, una mayor sensibilidad a la luz, fatiga ocular e incluso dolor.
La mayor incidencia se registra entre los meses de noviembre a febrero al ser la época del año en la que “aumenta el frío y se incrementa el tiempo que pasamos dentro de nuestras casas, por lo que estamos más expuestos a la calefacción y pasamos más tiempo usando las pantallas”, ha explicado el doctor.
A raíz de la pandemia también se ha extendido el uso de las mascarillas y en el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega han empezado a ver más casos de ojo seco, alergias oculares y conjuntivitis.
“Hay más casos porque al respirar emitimos un vapor cálido que no puede salir por ningún lado y nos penetra en los ojos”, ha apuntado el experto.
Antes se creía que esta enfermedad era prevalente únicamente en la edad adulta, pero cada vez se dan más casos de niños que presentan ojo seco y el principal motivo es el uso de las pantallas, de forma que para evitarlo “sólo hay un remedio: reducir su uso”.
Para el doctor Fernández-Vega una de las medidas más eficaces en oftalmología es aplicar la regla del 20-20-20, que consiste en que “cada 20 minutos que estemos utilizando una pantalla, tenemos que mirar durante 20 segundos a 20 pies, que son unos seis metros, o al infinito”.
Otra posibilidad es recurrir al uso de lágrimas artificiales sin conservantes en los niños, aunque plantean el problema de que no siempre son fáciles de aplicar -echar el líquido gota a gota- y "no se suelen dejar".
Para contrarrestar el efecto de la calefacción en invierno, el doctor aconseja utilizar humidificadores y una vez que se sale a la calle llevar gafas de sol homologadas, no sólo por los rayos de sol sino también por el viento.
Además, ha incidido en la necesidad de parpadear más, sobre todo al utilizar las pantallas, ingerir alimentos ricos en Omega 3, y realizar una revisión oftalmológica con especialistas”, sostiene.