No hay exceso bueno, ni tan siquiera cuando el protagonista de lo desmedido es la alegría. Y si no que se lo digan a un aficionado al fútbol en Egipto que ha muerto siendo inmensamente feliz al celebrar la victoria de Argentina en el Mundial de Fútbol de Qatar 2022. Los especialistas conocen esta dolencia como el síndrome del corazón feliz, aunque los expertos prefieren manejar otro más científico: el síndrome de Tako-Tsubo.
El síndrome del corazón feliz o de Tako-Tsubo se produce cuando una persona experimenta un trauma emocional cuyos síntomas son muy parecidos a un infarto agudo de miocardio y que suele durar unos diez días afectado de forma significativa a la capacidad contráctil del corazón. Pasado este tiempo --y si no se producen otras complicaciones-- la función cardíaca se normaliza.
Esta patología fue descrita por primera vez en Japón y se desencadena cuando los individuos experimentan situaciones estresantes y emociones extremas como la vivida por este joven fallecido en Egipto. Las personas que lo experimentan no suelen tener problemas cardiacos previos y cuando se diagnóstica, el pronóstico es generalmente benigno, con una mortalidad hospitalaria menor al 5 %.
En el momento de producirse, el organismo de la persona que lo sufre libera de forma repentina y abundante adrenalina, una hormona que dispara el trabajo del corazón elevando la presión arterial. Como consecuencia, el músculo cardiaco sufre llegando a provocar su parada con consecuencias letales.
Pero el síndrome de Tako-Tsubo también tiene otra derivada, conocida también como el síndrome del corazón roto. Se trata del mismo mecanismo en ambos casos solo que en este es la tristeza o un trauma negativo (muerte de un familiar) el que provoca síntomas similares que pueden afectar de igual manera al corazón.
Como dato curioso, los dos síndromes, el del corazón feliz o el del corazón roto no afectan por igual a los dos sexos. Así, mientras que este último suele darse mayoritariamente en mujeres mayores de 65 años, el síndrome del corazón feliz se produce más entre la población masculina.
Los estudios también muestran otra diferencia muy importante y es que, mientras que las alegrías solo provocan este tipo de problemas en el 4 por ciento de las personas que han sufrido estas alteraciones cardiacas, el 96 por ciento restante estuvo relacionada que acontecimientos tristes o traumáticos.