A las puertas de 2023, ya es hora de superar la vergüenza a la hora de usar Tinder. Está genial conocer a tu pareja en una casita de un pueblo británico como Cameron Díaz en The Holiday, pero también está genial conocerla mediante una aplicación de citas. ¡Fuera tabúes!
Lo que no está nada bien es que te mareen como si fueses un toro mecánico durante semanas, para después hacerte ghosting. Tampoco mola que tu ligue de Tinder acabe convirtiéndose en una pareja controladora, celosa y codependiente, y que al revisar las primeras conversaciones encuentres más señales de alarmas que en la casa del asesino Jeffrey Dahmer.
¿Se puede evitar sufrir? A veces sí. ¿Cómo? Conociendo esas red flags que aparecen cuando estás empezando a hablar con alguien por Tinder, y que muchas veces pasamos por alto.
La biografía de Tinder dice mucho de la persona, y si no que se lo digan al perfil viral de un chico que se negaba a quedar con “psicólogas, frágiles emocionales, hippies, incultas, drama queens” y un largo etcétera de requisitos. Una cosa es tener claro lo que buscas y otra muy distinta convertir tu bio de Tinder en una oferta de trabajo.
Si tu ligue de Tinder no busca a una persona sino a un ideal inalcanzable, huye. Ah, y si entre esos requisitos hay comentarios gordófobos, sexistas o carentes de empatía, huye todavía más rápido. Te ahorrarás mucho dinero en terapia psicológica.
Conoces a alguien, hacéis match y empezáis a hablar, pero en cuanto hay un mínimo de confianza comienza a hacerte un interrogatorio sexual: ¿Eres virgen? ¿Con cuántos chicos has estado? ¿Te acuestas con tíos que no son tu pareja? Como diría el personaje de Magüi en Paquita salas, “calma, calma, calma”.
Muchas veces, estas preguntas van de la mano de una inquisición moral. En otras palabras, si te has acostado con muchas personas, tu ligue de Tinder te juzga e incluso te humilla.
Si mide tu valor como persona en base a tu trayectoria sexual, hazte un favor y no quedes con esa persona.
A veces el sexting surge y ambos os sentís cómodos compartiendo frasecitas subidas de tono. No pasa nada, una alegría para el cuerpo. La red flag es que insista y fuerce una conversación sexual cuando tú estás desviando el tema porque te incomoda. No respeta tus límites a través de un chat y probablemente no los respetará en persona.
Da igual si tienes mucho vello corporal, si tienes michelines, si tienes celulitis, si eres una persona muy alta o muy baja, si te estás quedando calvo, si tienes acné… Nadie tiene derecho a burlarse de tu físico ni a hacerte sentir mal por él (aunque lo haga “de broma”).
Volvemos a lo que hablábamos al principio: todo el mundo tiene sus gustos y preferencias, pero eso no significa que podamos ir por la vida hundiendo la autoestima de los demás. Así que si te incomodan sus comentarios, bloquea y busca a alguien que te respete.
Hay personas más sensibles, personas más tímidas, personas más serias… ¿Pasa algo? No. ¿Pues por qué tu ligue tiene que juzgar tu identidad sin conocerte si quiera? Si desde las primeras conversaciones intenta cambiarte, mala señal.
Aprovecho para abrir otro melón: el de la plumofobia. Son muchos los perfiles de chicos gays que rechazan a hombres “con pluma” sin siquiera conocerlos. Esta homofobia en el colectivo es agotadora y puede afectar a la autoestima de muchas personas, así que deja la exclusa de “es que son mis gustos” de lado e intenta ser un poquito más respetuoso a la hora de rechazar a alguien.
Si tu ligue se ríe de ti porque te gusta Crepúsculo, porque crees en el horóscopo o porque lloras cada vez que escuchas la canción All too well de Taylor Swift, déjame decirte que la sensación de incomodidad no va a desaparecer. El problema no es que deteste las películas románticas, que no crea en la astrología o que su música favorita sea el dark metal. El problema es que cree que tiene derecho a hundir tu autoestima y burlarse de tus preferencias personales.
Recuerda: puedes expresar tus gustos, pero no está bien imponerlos o menospreciar los de los demás siempre y cuando éstos no hagan daño a nadie (otra cosa es que sacrificases gatitos negros cuando Mercurio está retrógrado… En ese caso sería normal que tu ligue te juzgase un poquito).
La mayor red flag de todas es no sentirte a gusto con esa persona. La conversación con un ligue tiene que ser un ambiente seguro, no un espacio de inseguridades.
Si al hablar con tu ligue sientes que tienes que enmascarar tu identidad, fingir una personalidad que no es la tuya, ocultar tus gustos, avergonzarte de tu cuerpo o mentir sobre tu pasado sexual, mejor cortar la relación antes de que tu autoestima se deteriore todavía más.