Con la llegada de la Navidad, nuestra salud mental se resiente. Por un lado, tenemos que lidiar con familiares y conocidos que no nos caen nada bien y que incluso nos hacen comentarios dañinos. Por otro lado, el clima navideño nos exige estar felices y reprimir cualquier emoción mínimamente desagradable, por ejemplo, la tristeza tras haber perdido a un ser querido recientemente, la incertidumbre por el futuro o el enfado con familiares que te han hecho daño. Todas ellas están mal vistas y toca fingir una sonrisa.
A esto se suma la culpabilidad por comer de más en las cenas navideñas, la preocupación por tener que gastar un dinero que no tenemos en regalos, la presión porque se acercan los exámenes de la universidad y un largo etcétera de estresores.
Teniendo en cuenta todos estas dificultades, no es de extrañar que aumenten las consultas de terapia psicológica en diciembre y enero.
La gente está agobiada, saturada y frustrada, y como psicóloga lo veo a diario. Por eso traigo siete ideas para proteger tu salud mental durante estas fechas.
Crea tu propia lista de límites y ordénalos de más fácil de aplicar a más difícil. Después, vete realizándolos y tachándolos.
¿Qué límites? Aquellos que benefician tu salud mental y que no cumples por miedo a parecer egoísta. Por ejemplo, negarte cuando te piden un favor que es desproporcionado. O expresar tus emociones si no estás pasando por un buen momento. O decir “no me apetece” sin dar rodeos cuando te dicen de quedar, pero no te apetece. O evitar quedar con gente que detestas por compromiso.
Muchas veces empezamos a seguir a gente y algunos de esos perfiles no nos hacen bien a nivel psicológico. Por ejemplo, esa influencer con la que siempre te comparas, ese experto en nutrición que te hace sentir culpable por lo que comes, ese entrenador personal que te hace odiar tu cuerpo, etc.
Abre tu Instagram y métete en tu lista de “seguidos”. Si un perfil empeora tu salud mental, siléncialo o deja de seguirle.
Autocuidado es cualquier conducta que te proporcione tranquilidad, seguridad o placer. Por ejemplo, leer, escribir, salir a dar un paseo, escuchar música, ver una serie que te gusta mucho, cocinar un plato de comida un poquito más complicado que los que sueles hacer, quedar con un amigo, jugar a un juego de mesa, etc.
La mayoría de la gente tiene un autoconocimiento muy pobre. En otras palabras, no sabemos lo que queremos ni quiénes somos porque estamos acostumbrados a complacer a los demás.
Estas Navidades, dedica tiempo a conocerte. Pregúntate qué es lo que quieres hacer con tu vida, cuáles son tus valores, qué es lo que conforma tu personalidad y por qué eres así. Estas preguntas parecen sencillas, pero en realidad son complicadas porque implica enfrentarnos a muchas inseguridades y dudas. Merece la pena responderlas, créeme.
Los humanos somos seres sociales y por eso necesitamos relacionarnos con nuestros amigos, familia o pareja, pero también es recomendable aprender a disfrutar de la soledad. Hay algunos planes que nos da miedo hacer, pero que potencian nuestra autoestima.
Párate a pensar en todos los planes a los que renuncias porque no tienes con quién ir. Por ejemplo, películas en el cine, conciertos, restaurantes, vacaciones… Pues, de vez en cuando, regálate esas experiencias.
El primer paso para mejorar tu salud mental es identificar todos los pequeños hábitos que hemos automatizado y que son dañinos. Por ejemplo, trabajar horas de más sin que nadie te lo pida ni te lo agradezca. O contar calorías sintiéndote súper culpable cuando te excedes de forma puntual. O quedar con un antiguo amigo que siempre te juzga y arruina tu autoestima. Poco a poco, sustituye estos hábitos por conductas que te aporten paz (aunque al principio cueste implementarlas).
Si llevas tiempo pensando en ir al psicólogo, no lo pospongas. Busca en Google o métete en Instagram, encuentra perfiles que te transmitan confianza y escríbeles.
No tienes que empezar la terapia ya si no estás preparado o si no tienes tiempo, pero sí puedes fijar una cita para después de Navidad y así afrontarás estas fechas con otra perspectiva.