El virus del covid parece estar llegando a áreas del cuerpo que normalmente no tocaba, incluidos los dedos de las manos, los pies y la lengua, y hace que se hinchen. Ante una pandemia que se ha gripalizado, que sigue ahí aunque ya sean muchos los que no desean ponerse una cuarta dosis de vacuna, se siguen sabiendo más secuelas del virus, frenado mayoritariamente sus consecuencias más graves gracias a las vacunas. China se ha visto incapaz de lograr su odisea de covid cero y las investigaciones continúan.
Un estudio de más de 60.000 personas que dieron positivo en covid analizó sus síntomas, entre ellos se encontraron algunos menos comunes de los habituales como zumbidos en los oídos, dolor en los ojos, erupciones cutáneas, ronchas rojas en la cara o los labios, pérdida de cabello y dolores articulares inusuales. En otros casos más extremos se han presentado llagas moradas y ampollas en los pies y entumecimiento en todo el cuerpo. Otro síntoma que ya se ha apodado como dedos de los pies Covid implica que los dedos se hinchen y duelan, y los científicos no están exactamente seguros de por qué.
Normalmente, la decoloración y la hinchazón es todo lo que sucederá, pero también se han reportado ampollas, dolor, pus debajo de la piel y picazón en los dedos afectados.
La Clínica estadounidense Mayo avisa que "aunque la lengua vellosa negra puede tener un aspecto alarmante, normalmente no causa problemas de salud y, por lo general, no provoca dolor. La lengua vellosa negra se suele solucionar al eliminar las posibles causas o los factores que contribuyen a la afección y practicar buenos hábitos de higiene bucal". Se produce cuando las células más viejas de la lengua en lugar de eliminarse se acumulan unas sobre otras dando lugar a un aspecto espeso, borroso y velludo. Las personas con lengua vellosa pueden usar un raspador o un cepillo de dientes para raspar esas células de la lengua.
Al menos nos queda un consuelo. Las hospitalizaciones de adultos por la variante de la covid ómicron son menos graves que las de Delta, según un estudio dirigido por la Universidad de Bristol (Reino Unido) y financiada y realizada en colaboración con Pfizer.
En un primer estudio, publicado en la revista científica 'The Lancet Regional Health - Europe', los investigadores evaluaron si la infección por Delta provocaba peores resultados que la infección por ómicron en pacientes hospitalizados. El estudio pretendía proporcionar datos más detallados sobre los resultados en los pacientes, como la necesidad de asistencia respiratoria.
La investigación demostró que la infección por ómicron tuvo consecuencias menos graves que la infección por Delta en pacientes hospitalizados. En comparación con Delta, las hospitalizaciones por SARS-CoV-2 relacionadas con ómicron tuvieron un 58 por ciento menos de probabilidades de necesitar un alto nivel de soporte de oxígeno, un 67 por ciento menos de probabilidades de necesitar soporte ventilatorio (como un respirador) o más cuidados críticos, y un 16 por ciento menos de probabilidades de tener un ingreso hospitalario que durara más de tres días.
"Al descubrir la menor necesidad de aumentar el soporte de oxígeno y el soporte total de presión positiva, incluida la ventilación no invasiva, nuestro análisis debería contribuir a las futuras evaluaciones de la atención hospitalaria y la planificación de servicios. Sin embargo, el impacto de la hospitalización relacionada con ómicron de menor gravedad debe equilibrarse con la mayor transmisibilidad y el mayor número general de infecciones con esta variante", ha comentado la doctora Catherine Hyams, una de las autoras principales del estudio en la Universidad de Bristol.
El equipo de investigación sugiere que se realice una evaluación continua de la gravedad de las nuevas variantes de SARS-CoV-2, junto con una planificación cuidadosa de los recursos sanitarios para evitar que los sistemas sanitarios se vean desbordados. El segundo, publicado en la misma revista, proporciona estimaciones de la eficacia de dos o tres dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech contra el ingreso hospitalario durante más de tres días y contra la dificultad respiratoria que requiere oxígeno o asistencia ventilatoria. Utilizando datos clínicos detallados de los dos hospitales de Bristol, los investigadores calcularon la eficacia de dos o tres dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech frente a la hospitalización por infección con las variantes Delta u ómicron del SARS-CoV-2.
El estudio demostró que dos dosis de la vacuna pueden dar lugar a una reducción del 83 por ciento en la tasa de hospitalización por Delta, en comparación con los no vacunados. También evitaron resultados graves en el hospital debido a la infección por Delta, reduciendo la probabilidad de un ingreso hospitalario de más de tres días en un 63 por ciento. Los investigadores también descubrieron que dos dosis de esta vacuna reducían el riesgo de que un paciente necesitara más oxígeno o soporte ventilatorio en un 52 y un 59 por ciento, respectivamente.
La administración de tres dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech también resultó eficaz para reducir la gravedad de la infección por ómicron, en comparación con los no vacunados, incluso en los adultos de más edad, reduciendo el riesgo de hospitalización durante más de tres días en un 56 por ciento, y disminuyendo el riesgo de necesitar oxígeno de alto nivel o asistencia ventilatoria en un 42 y un 59 por ciento, respectivamente.
"Nuestra investigación ha demostrado que la vacuna de Pfizer-BioNTech proporciona una protección eficaz contra la hospitalización por infección Delta y ómicron y tiene beneficios significativos en términos de prevención de la enfermedad grave, incluido el ingreso en cuidados críticos y la insuficiencia respiratoria. Sin embargo, el beneficio proporcionado por la vacunación disminuye con el tiempo, lo que parece ser más pronunciado en los adultos mayores, por lo que sigue siendo importante un seguimiento cuidadoso y continuo de la eficacia de la vacuna y de la gravedad de la enfermedad por SARS-CoV-2 en busca de variantes emergentes", ha remachado Anastasia Chatzilena, investigadora postdoctoral asociada del Departamento de Ingeniería Matemática y autora principa