El virus respiratorio sincitial o VRS hace temblar a los padres y a las consultas de Pediatría todas las temporadas de frío. Este virus súper contagioso ha llegado con fuerza este otoño.
La bronquiolitis puede complicarse y dar lugar a numerosos ingresos de menores en los centros hospitalarios o bien a catarros difíciles de controlar en muchas ocasiones por los padres como se está notando ya en gran parte de España.
La pediatra Irene Rivero Calle, que es especialista en infectología pediátrica y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), ha concedido una entrevista al medio 'Infosalus' donde explica cuáles son sus síntomas y cómo reaccionar ante este virus tan contagioso.
Entre los principales síntomas de la infección por VRS, la Academia Americana de Pediatría señala que típicamente causa un resfriado que puede ir seguido de bronquiolitis o de neumonía; al tiempo que añade que, por lo general, los síntomas duran en promedio entre 5 y 7 días.
"Las manifestaciones clínicas son como en otras infecciones respiratorias: tos, moco, fiebre, pero a lo largo de los días, en torno al tercero o cuarto, los niños pueden presentar dificultad para respirar, disminuye la cantidad de comida que ingieren, están más irritables, o incluso más adormilados. Y esta dificultad respiratoria se debe a ruidos en el pecho, y se puede oír ruido similar a un silbido, llamado 'sibilancia'. Si ese cuadro respiratorio baja es lo que llamamos bronquiolitis, un cuadro más grave caracterizado por dificultad respiratoria, y donde los menores pueden necesitar de oxígeno", detalla la doctora Rivero.
El mecanismo por el que este fenómeno tiene lugar, según prosigue, es que se produce una inflamación y acumulación de moco que obstruye el bronquio, y por eso se dificulta la respiración, y en algunos casos condiciona la necesidad de oxígeno, e incluso el ingreso hospitalario.
Este virus se contagia a través de las secreciones y pequeñas gotas de las vías respiratorias que quedan en el aire y pueden quedar en superficies. La mayor parte de estas infecciones se suceden en lactantes que obviamente no pueden emplear mascarilla; de ahí que muchos contagios de lactantes procedan de otros niños más mayores o adultos que no portan la mascarilla.
"Son frecuentes las infecciones entre familiares. Es habitual la infección de VRS en los adultos como un catarro vías altas", apostilla la pediatra.
Otra forma de evitar el contagio es con mucho lavado de manos, evitar los ambientes cerrados con niños que no llevan mascarilla y que puedan estar desprotegidos.
La experta asegura que se debe consultar con un especialista cuando su hijo, aparte de tener síntomas típicos de catarro común (tos, fiebre, febrícula, congestión), presente signos de dificultad respiratoria, como por ejemplo, que se le marquen las costillas, respire muy rápido, o se le hunda la barriga al respirar.
"Debe alertar entonces de dificultad respiratoria. También si deja de comer, sobre todo un aspecto frecuente en lactantes, o lo notamos adormilado. Importante consultar porque podría ser una bronquiolitis que implicara otros cuidados e ingreso", resalta Rivero.
Aquí insiste en que el principal grupo de riesgo son los menores de un año, y especialmente los que tienen menos de seis meses, si bien las formas más graves de infección también pueden darse en los menores prematuros, en los recién nacidos, en aquellos con cardiopatías o patología pulmonar crónica, en pacientes con enfermedades neuromusculares, o con síndrome de Down; y sobre quienes hay que consultar ante la menor duda.
A la hora de tratar esta infección apunta que deben aliviarse los principales síntomas, con analgésicos en caso de que fueran necesarios y muy importantes los lavados nasales con suero fisiológico. En el caso de que el cuadro respiratorio se complique, y ya se desarrolle una bronquiolitis, esta pediatra indica que hay niños que precisarán del empleo de broncodilatadores, como el salbutamol, aunque siempre estos deberán estar pautados por un especialista.
"En los más pequeños, donde estos broncodilatadores no funcionan, se ha utilizado con buenos resultados la adrenalina nebulizada. Solo se puede administrar en el hospital y luego son fundamentales los lavados nasales desde el principio, tanto en casa como en los menores ingresados. Por otro lado, en aquellos que dejan de comer, se debe valorar si necesitan una sonda nasogástrica o vías periféricas para fluidoterapia. Es verdad que hay casos en los que puede ser de utilidad el uso de corticoides, pero no hay un tratamiento específico para esta infección", destaca la doctora Rivero.
Por otro lado, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) ha aconsejado que las personas con síntomas respiratorios "se autoaíslen en casa durante las 48 horas siguientes a la resolución de los síntomas".
Así se ha pronunciado el organismo europeo con motivo de los brotes de virus respiratorio sincitial (VRS) que se están produciendo desde principios de noviembre en al menos 13 países europeos, entre ellos España.