La bronquiolitis es una infección de las vías respiratorias altas que afecta mayoritariamente a los niños y que se está expandiendo en España de una manera mucho mayor a la esperada. En las últimas semanas los casos se han multiplicado por cinco a pesar de no haber alcanzado aún el pico máximo de la epidemia. Numerosos síntomas pueden advertir el grado de peligrosidad de la infección, como la fiebre, la tos o la dificultad para respirar entre otros.
La bronquiolitis viene precedida de la infección del VRS (Virus Respiratorio Sincitial) que deriva en infecciones graves respiratorias y que precisan ingreso hospitalario. Actualmente, los hospitales se encuentran colapsados y cientos de familias se preocupan por el estado de salud de sus hijos cada día ya que es una situación difícil de afrontar para los padres que tratan de prevenir a toda costa la enfermedad de los más pequeños.
Si el pequeño tiene más de 38º de temperatura, tos con mucosidad y sangre, falta de aire o dificultad para respirar, síntomas que duran más de 3 semanas o episodios repetidos de bronquitis, deberá ser necesaria la atención médica según el Centro de Control y Prevención de las Enfermedades.
A pesar de ser una infección muy fácil de contagiar, ya que se hace por vía aérea, existen consejos para evitar la bronquiolitis sobre todo en los más pequeños que son los que sufren los casos más graves. Si la infección ya afecta al cuerpo, es necesario saber que el único tratamiento posible o que podría resultar de ayuda es el mismo que se emplea frente al COVID-19 ya que la propagación de ambas se produce de la misma manera.
Aunque aún no está vigente, los expertos avistan una vacuna preventiva para la bronquiolitis en el menor tiempo posible. De momento, una de las buenas noticias dentro de esta ola de bronquiolitis, es que la Amoxicilina ya se está vendiendo regularmente tras haberse solucionado los problemas técnicos en los laboratorios que desenlazaron una crisis de suministro.
Aun así, la mayor propuesta de seguridad proporcionada por los expertos gira entorno a unas medidas de prevención básicas a aplicar en cualquier caso donde se presenten síntomas, así como ser consecuentes e ir al médico cuando vaya a peor la infección.