El tiempo en España es cada vez más frío a medida que nos acercamos al invierno. Tampoco faltan las lluvias que tanto echamos en falta durante el verano, cuando la sequía tomó las riendas, lo cual es una buena noticia para nuestros embalses. Pero, si sueles sufrir dolor en las articulaciones o eres "meteorosensible", es posible que estos días lo estés pasando peor de lo habitual. ¿Por qué sufrimos más dolores cuando frío o lluvia?
Se dice que los cambios de tiempo pueden causar “dolor de huesos”. Estas molestias suelen sufrirlas personas con enfermedades como artritis reumatoide o artrosis, de hecho existe un término chino para referirse al reumatismo, “feng shi”, que significa enfermedad del viento y la humedad. También pueden padecer estos dolores personas que se han sometido a una operación o han sufrido una fractura.
Hay varias teorías, puesto que los estudios científicos sobre la influencia del tiempo en los dolores físicos suelen llegar a conclusiones contradictorias.
Podría deberse a la presión atmosférica, que hace que aumente la humedad ambiental. Esto hace que aumente la producción del liquido sinovial, lo cual favorece la aparición de derrames y brotes inflamatorios en las personas con reumatismo.
Además, ese cambio de presión atmosférica se asocia a un peor equilibrio y mayor dolor en pacientes con osteoartritis y otros problemas en las rodillas. Tanto es así, que hay personas que saben que va a llover antes de que lo haga. Por el contrario, los días de buen tiempo estas personas duermen mejor y tienen mejor estado de ánimo, lo cual influye en que el dolor sea menos intenso.
El frío, por su parte, hace que la sangre se coagule más en las articulaciones, es decir, que circule peor.
Las personas “meteorosensibles”, aquellas a las que les afectan los cambios de tiempo, pueden enfrentarse a este agravamiento de los dolores incluyendo algunas acciones en su día a día.
En clínicas especializadas, a veces se recomienda, en el caso de los pacientes con artrosis, realizar infiltraciones de ácido hialurónico, ejercicios específicos, fisioterapia o sesiones de radiofrecuencia.