Una de las grandes virtudes de los alimentos que encontramos de forma natural a nuestro alrededor es que cada uno de ellos cumple unas funciones específicas y pueden ayudarnos a superar determinadas enfermedades o a recuperar nuestra salud en cualquier sentido. Los hay perfectos para superar la vuelta a la rutina tras las vacaciones, indicados para desinflamar todo tu cuerpo cuando sea necesario, para evitar enfermedades y mejorar tus defensas... y también para ayudar a mantener tu temperatura corporal durante los meses de más frío. Toma nota de qué alimentos puedes consumir para que la llegada invierno no te pase factura.
Ya se sabe que la llegada del frío es todo un reto para nuestras defensas y, además de adaptar nuestra alimentación a la llegada de la temporada de resfriados y gripes, otra de las formas de evitar enfermar consiste en protegernos el frío y mantener siempre nuestro organismo a una temperatura agradable que nos permita funcionar con normalidad.
Aquí entran en juego tanto nuestra vestimenta como nuestros hábitos durante el día y nuestra forma de protegernos frente a las inclemencias del tiempo, pero también el consumo de alimentos que, más allá de proteger nuestras defensas, nos ayuden a entrar en calor.
No es casualidad que la cocina de invierno sea más calórica y que abunden los caldos, cremas y guisos que se sirven bien calientes. Todos estos productos nos darán la energía necesaria para afrontar el frío con mejor cara y para mantener nuestro organismo calentito y listo para funcionar a pesar del 'bajón' de las temperaturas y el gasto extra de energía.
Estos son algunos de los alimentos que te ayudan a mantener el calor corporal:
Caldos. Los caldos son todo un clásico durante el otoño y el invierno, y probablemente no haya mejor alimento para entrar en calor y obtener esa sensación de bienestar que tanto buscamos cuando el tiempo no contribuye precisamente a que alcancemos ese estado de forma natural. Puedes hacerlos de lo que quieras: los hay exclusivamente vegetales, pero también puedes añadir pollo, hueso de jamón... Entre las verduras, las más utilizadas son la zanahoria, la cebolla, el puerro, el apio... En general, puedes aprovechar el caldo procedente de cualquier cocción y consumirlo como más te guste, o bien utilizarlo como base para dar más sabor (y más nutrientes) a cualquier otra receta de invierno. Por ejemplo, un buen guiso o una crema de verduras.
Infusiones. Las infusiones pueden no tener un gran aporte calórico... pero sin duda nos ayudan a encontrarnos mejor y reconfortan después de una jornada de frío. Además, puedes utilizarlas a tu favor para levantar tu ánimo (en el caso de las más excitantes) o para todo lo contrario, recurriendo a variedades pensadas para ayudarte a conciliar el sueño. Normalmente tendrán un efecto positivo en tu organismo: algunas son desinflamatorias, otras antioxidantes... y también pueden ayudarte a hacer mejor la digestión.
Alimentos calóricos. Por ejemplo, entran en esta lista aquellos alimentos con un alto contenido en hidratos de carbono de absorción lenta. Es el caso de las legumbres, muy saludables durante el invierno, y del arroz. De hecho, una combinación de ambos es muy frecuente durante estos meses, y no es casualidad que así sea. Estos alimentos nos aportan la energía necesaria para que nuestro organismo funcione a todo gas durante el invierno. Las carnes contundentes también funcionan mejor durante el invierno, y nos suelen apetecer más durante la temporada de frío.
Bebidas calientes. Además de las infusiones, puedes preparar un buen café con leche (ya sea de origen vegetal o animal), un chocolate bien caliente, leche con cacao... Todos estas bebidas resultan my reconfortantes cuando el termómetro desciende.
Cremas. Las cremas de verduras son un clásico del otoño y del invierno, ricas en todo tipo de nutrientes. Además, existe una amplia variedad de verduras de temporada a las que puedes recurrir para prepararlas. Calabaza, acelga, espinaca, alcachofa, coles, cardos... Puedes combinarnos como prefieras: cualquier mezcla será deliciosa, muy nutritiva... y muy reconfortante.
Guisos y cocidos. Combinar verduras de temporada con una buena ración de proteínas de origen animal es una combinación perfecta para superar el frío y mantenernos bien nutridos. Recuerda que durante el invierno puede ser necesario un mayor aporte calórico y puedes, por tanto, 'estirarte' un poco en la ingesta de alimentos de este tipo, como las carnes rojas. Eso sí, no olvides combinarlos de forma adecuada, mantener siempre una dieta equilibrada y no dejar de lado el ejercicio físico para que la situación no se te vaya de las manos.
Por último, no olvides que también es importante mantener tus defensas listas para combatir cualquier enfermedad. Para conseguirlo, que no falten en tu dieta productos como el aceite de oliva, el ajo, las almendras y las nueces, el brócoli, la cebolla, los cereales integrales, las legumbres, los champiñones, las verduras de hoja verde, la granada, los cítricos, las verduras de color naranja o rojo... así como pescados azules y lácteos. Todos ellos te ayudarán a mantenerte sano hasta la llegada de la primavera.