La bronquiolitis aguda está haciendo de este otoño uno de los más duros en los últimos años para los más pequeños, con las consultas en menores de 4 años disparadas.
La bronquiolitis aguda es una infección respiratoria que afecta a niños menores de dos años. Inicialmente se manifiesta con síntomas similares al del catarro, como mocos, tos o fiebre, y al cabo de unos días pueden aparecer otros síntomas como dificultades a la hora de respirar, pitidos o fatiga que afecta en la toma de leche o de cualquier alimento.
Este virus se suele dar en forma de epidemia entre los meses de octubre y marzo, con un pico máximo de incidencia entre noviembre y diciembre. Sin embargo, durante los dos últimos años, debido a las medidas adoptadas para evitar la propagación de la covid-19, han disminuido los casos de bronquiolitis aguda y han aparecido, además, fuera de los meses habituales de la enfermedad.
La confluencia de la bronquiolitis por VRS, con la gripe y la covid ha disparado las consultas en menores de 4 años y es que el aumento de los tres virus se produce sobre todo en la franja de edad de 0 a 4, según datos del sistema de Vigilancia Centinela de Infección Respiratoria Aguda.
La bronquiolitis es más grave en los niños menores de seis meses de edad y la fuente principal de contagio son los niños mayores, muchas veces hermanos.
Los expertos recomiendan extremar la higiene de manos, evitar sitios cerrados concurridos, ventilación de interiores, abstenerse de llevar a los hijos a la guardería o a la escuela cuando se está enfermo, o evitar visitas a recién nacidos por parte de personas con sintomatología respiratoria como catarros, tos o mucosidad nasales.
Actualmente no existe medicación eficaz para el tratamiento de esta enfermedad, pero sí hay disponibles guías de práctica clínica con recomendaciones uniformes sobre el diagnóstico y el tratamiento.
La Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP) ha alertado este viernes del aumento de asistencias en las urgencias infantiles de todo el territorio, hasta un 40% más que en 2019, debido principalmente al incremento de casos de bronquiolitis asociada al virus respiratorio sincitial (VRS).
Según los pediatras, los primeros casos de bronquiolitis se empezaron a atender en julio, cuando en época prepandemia este virus aparecía en octubre, pero la principal inquietud de estos profesionales es que se desconoce cuándo se alcanzará el pico máximo y si la gravedad de la enfermedad será mayor que otras temporadas.
Tanto la bronquiolitis por VRS como el SARS-CoV-2 alcanzan en este grupo de población hasta los 4 años una positividad en torno al 17% y 10,9% en el caso de la gripe.
Los pediatras han considerado que hay varia razones que explican esta situación y las más probables pasan por la falta de circulación de estos dos virus en los últimos dos años y la ausencia de inmunidad en los de menor edad.
Ante esta situación y el colapso de las urgencias, los pediatras han expresado su preocupación por el retraso en la atención debido al elevado volumen de enfermos y escasez de recursos humanos y también por la falta de espacio para ubicar a los pacientes pediátricos.
Por ello, han pedido planes de contingencia que contemplen la habilitación de salas para que los menores puedan esperar en condiciones adecuadas, mientras aguardan por una cama para su hospitalización y pruebas de detección rápida de VRS, gripe y covid además de ecografía pulmonar a pie de cama con el fin de agilizar el circuito asistencial.
Además, esta sociedad ha demandado la creación de un observatorio en tiempo real del virus respiratorio sincitial, que permita predecir su evolución e implementar con tiempo las estrategias de actuación.
Y han recordado que la OMS recomienda monitorizar en tiempo real la circulación simultánea de los virus de la gripe, SARS-CoV-2 y VRS en todos los países con sistemas de vigilancia centinela