Hace unas pocas semanas se ha iniciado la campaña de vacunación conjunta frente a la gripe y a la COVID-19 en la población vulnerable. En el caso de esta última, se trata de la segunda dosis de recuerdo.
Hay muchas personas ya cansadas de vacunarse cuando, según nos recuerdan todos los especialistas aquí mencionados, y representantes de las principales sociedades científicas españolas en la materia, sigue siendo imprescindible no solo por nosotros, sino también por las personas más vulnerables, responde a un beneficio colectivo; pero todavía no es el momento. Además, las nuevas vacunas que ahora se están inyectando van contra las subvariantes del SARS-CoV-2 ahora predominantes en nuestro país, son más específicas.
En una primera entrevista con Infosalus, el doctor Rodrigo Abad, médico de familia y coordinador nacional del Grupo de Tutores de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) manifiesta que este octubre-noviembre se espera un "repunte considerable", en el número de personas contagiadas por el coronavirus SARS-CoV-2, más teniendo en cuenta las nuevas variantes y subvariantes que aparecen frecuentemente, como picos u ondas epidémicas.
Además, señala que se trata de un coronavirus que, como todos los de esta familia, es de carácter estacional y cíclico, y suelen proliferar de forma más acusada en los meses de frío.
Frente a por qué vacunarse o no de esta dosis adicional, el doctor Abad recuerda a su favor que "no es cierto que tengamos inmunidad de rebaño" porque ni las vacunas ni la infección de COVID-19 que pueda tener una persona le confieren dicha inmunidad.
"Las vacunas actuales lo que han evitado son ingresos hospitalarios, gravedad y fallecimiento por esta infección. Se sospecha que si no nos hubiéramos vacunado masivamente tanta población hubiéramos tenido mayor mortalidad de la que desgraciadamente hemos tenido. Solamente aquellas vacunas de segunda o tercera generación, que están en todavía en periodo de experimentación, y que serían vacunas administradas por vía inhalatoria, nos conferirían inmunidad de rebaño", aclara este experto.
De ahí que, según prosigue, haya personas que han tenido reinfecciones en varias ocasiones, y han sufrido la COVID-19 hasta en 4 ocasiones diferentes, por ejemplo, y con distintas variantes.
Además, esgrime que la COVID puede producir un estado de inflamación en algunos pacientes, que llamamos 'PostCovid' o 'Covid Persistente', con secuelas múltiples como pueden ser fatiga, los dolores osteomusculares, la sensación de neblina, mental, o diarrea, etc.", por ejemplo.
Por su parte, Alva Saa Casal, docente del Máster Universitario en Epidemiología y Salud Pública de VIU (Universidad Internacional de Valencia), y médico especializada en Medicina preventiva y Salud Pública llama la atención sobre la importancia de esta segunda dosis de recuerdo frente a la COVID-19 porque, según resalta, no es una vacuna como las tres anteriores que nos han puesto, sino que esta segunda dosis de recuerdo responde a las últimas variantes que circulan sobre el SARS-CoV-2, siendo más específica.
"Las vacunas que tenemos puestas son monovalentes, las primeras que se manufacturaron de COVID-19. Pero el virus ha ido mutando y ahora en España la cepa predominante es ómicron, cuyo problema es una mayor transmisión entre personas, y tiene escape vacunal, es decir, no reacciona tan bien a las vacunas puestas. Lo bueno de esta nueva vacuna bivalente es que, gracias a ella, se generan anticuerpos contra las nuevas subvariantes de ómicron (BA.4 BA.5) que ahora circulan y son mayoritarias", destaca esta experta.
Mientras, la colaboradora del Consejo General de Enfermería Inma Cuesta, enfermera, y también secretaria de la Asociación Nacional de Enfemería y Vacunas ANENVAC, insiste en que no se trata de 'una cuarta dosis' de la vacuna, sino de una segunda dosis de recuerdo. "Ahora mismo las variantes circulantes de COVID-19 han cambiado con respecto a las que circulaban cuando se empezó a vacunar. Lo que circula ahora es ómicron y esta se escapa de las vacunas con las que nos hemos protegido hasta ahora", remarca.
Aunque uno haya pasado la enfermedad y haya recibido la primovacunación y la primera dosis de recuerdo, dice también Inma Cuesta que ha perdido la protección frente a la cepa ancestral, pero sobre todo ahora estas vacunas que recibió tienen escape inmune frente a la variante ómicron.
Así, es importante, además, según el doctor Abad de SEMERGEN, el individualizar en cada caso. "Sabemos que el estado de inmunidad que confiere la vacuna disminuye mucho a los seis meses de la anterior vacunación. Por ello, sería aconsejable vacunar a las personas ancianas y especialmente a los más sensibles cómo los inmunodeprimidos. Sabemos que las vacunas han salvado vidas, aunque en algunos pacientes pueden no ser inocuas", recalca el doctor Abad.
Desde la Asociación Española de Vacunología, su cofundador el pediatra José Antonio Navarro Alonso, recuerda a favor de esta segunda dosis de recuerdo que la COVID-19 sigue con nosotros y la protección conferida tanto por las vacunas, como por la infección es de corta duración, y frente a las variantes a las que van dirigidas. "La población vulnerable sigue en riesgo de padecer un cuadro grave por ambas infecciones", afirma.
Ángela Domínguez, coordinadora del Grupo de Vacunación de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), mantiene en este sentido que la inmunidad de la vacuna sabemos que disminuye con el tiempo y se refuerza "de manera muy importante" con la cuarta dosis. "El SARS-CoV-2 sigue circulando y si queremos contribuir a que tenga menos impacto en la comunidad hay que vacunarse", remarca.
Ahora bien, en otra entrevista con Infosalus, el doctor Marcos López Hoyos, de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), considera que ahora mismo la vacuna es imprescindible en la población más vulnerable, y sostiene que, por el momento, los demás no tienen motivos para vacunarse porque están protegidos.
Señala que, actualmente, un adulto normal no tiene necesidad de recibir el 'booster' o dosis de recuerdo. Ahora insiste en que es el turno de la población vulnerable, frágil y a la población de con inmunodeficiencias o inmunosupresión. "Una persona con tres dosis y que ha pasado la infección de SARS-CoV-2 está protegido de enfermedad grave, no de la infección con la vacuna", recuerda.
Mientras, Alva Saa Casal, docente del Máster Universitario en Epidemiología y Salud Pública de VIU (Universidad Internacional de Valencia subraya que la vacunación frente a la COVID-19 de la población no solo responde a beneficios individuales, sino también colectivos. "A nivel personal si se está vacunado se tendrá la enfermedad de forma más leve, sus síntomas serán más ligeros y, a nivel comunitario se evitará una sobrecarga asistencial.
Recordar también, según prosigue, que este es el primer año sin medidas higiénicas (mascarilla principalmente), por lo que esta nueva temporada de frío no solo se prevé un aumento de la gripe, sino también de los contagios de COVID-19, tal y como señalaba el miembro de SEMERGEN.
"Todos estamos muy hartos de la pandemia y de recibir vacunas, pero lo que hemos hecho hasta ahora nos ha servido para evitar la hospitalización y el fallecimiento. Cuando no teníamos vacunas las personas enfermaban de formas graves y moría mucha gente. Ese foco hay que tenerlo puesto, pero estos anticuerpos se pierden con el tiempo, y lo que circula ahora es diferente y necesitamos esa dosis de refuerzo para protegernos frente a la variante predominante", insiste Inma Cuesta de ANENVAC.
Ángela Domínguez, de la SEE,subraya por su parte que en la actual fase de la campaña de vacunación, donde se están inoculando la inyección contra la gripe y la COVID-19 a la vez, ambas son compatibles y se pueden administrar en el mismo momento.