Infartos, ictus o tromboembolias. Existe la sensación entre la comunidad médica de que las muertes repentinas e inesperadas han aumentado. Lo que no es una sensación es el exceso de fallecimientos en nuestro país. Los datos del INE reflejan un exceso de 25.000 muertes en 2021, y la cifra podría alcanzar las 100.000 en 2022, según los expertos. Muchos se preguntan cuáles son los motivos de estas cifras y qué está ocurriendo. Ante este escenario, el doctor Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), explica las claves a Informativos Telecinco.
El médico sí cree que ha habido un aumento de muertes prematuras. No obstante, matiza que hay que diferenciar entre: "lo que es la mortalidad en personas con menos de 50 años, que es destacable -en el trabajo hemos visto que se han incrementado las muertes de origen no conocido sin antecedentes que nos hicieran sospechar de este desenlace-, y otro tipo de muertes, que se producen de forma precoz y que pueden estar relacionadas con patologías crónicas, pero no controladas. En este caso, puede ser la covid, pero el estrés térmico de este verano u otras causas".
Lo primero que hay que dejar claro es que no hay que ser alarmistas, aunque sean muchos los expertos que consideran que hay que poner el foco en esta realidad para analizarla en todo su valor. Porque hablamos de ictus, infartos... como las nuevas muertes de este siglo marcado por el estrés, la mala alimentación, la contaminación y los excesos laborales. Sí, el ambiente de tensión extrema en el que nos movemos, no ayuda a nuestro cuerpo. Y el clima, tampoco.
El coronavirus, la pandemia que ha sorprendido al mundo, puede anotarse -sin alarmas- detrás también de muertes repentinas anómalas, según los expertos. No deja de ser cierto que hay ciudadanos que temen que haberse contagiado del covid aumente el riesgo de padecer otras enfermedades, y obviamente, si este no ha sido leve, están en lo cierto. En principio es más factible en la resaca del primer año de haber superado la fase aguda de la enfermedad. Se desconoce además si se pueden dar en cualquier paciente y de cualquier edad. No obstante, "no hay que ser alarmistas", insiste el doctor Armenteros, ya que "no hay una evidencia que lo pueda asegurar". Los expertos piden investigar más. Eso sí, para dejar atrás las teorías conspirativas que poco confían en la ciencia, las vacunas no tienen nada que ver, ya que se "han realizado estudios meticulosos y precisos".
Lorenzo Armenteros explica muchos de estos problemas cardiovasculares que puede generar el covid. "Las arterias tienen una gran cantidad de receptores ACE2, que son los receptores en los que se fijan los virus. En este caso, el virus de la gripe, entre otros, también puede fijarse, pero la covid tiene una especial apetencia por estos receptores, conocidos desde el inicio de la pandemia. La covid afecta a las células del endotelio, que es la pared más interna de las tres capas que tenemos en una arteria (endotelio, mesotelio y exotelio) y se produce una ruptura de la integridad de esa pared, que es muy lisa y perfecta para que las células no se alteren".
"Esa alteración hace que se produzca también un mecanismo trombogénico. Se produce una vasculitis y da lugar a formación de trombos, además de aumentar las posibilidades de infarto si es en el corazón, o infartos cerebrales si se producen en el sistema nervioso central. Sobre todo se dan en el cerebro, porque se ha visto que estos virus tienen preferencia por las arterias cerebrales. Esto sería por la covid de acción directa", precisa el experto "pero también podría ser por las sustancias citotóxicas, por la toxicidad de las células, que se producen con la tormenta de citoquinas en los casos de coronavirus". "Esa tormenta, como consecuencia de la lucha de las células inmunitarias contra el virus, podría dar lugar a alteraciones de arterias", agrega el doctor Armenteros.
El estrés térmico que hemos tenido durante este verano ha afectado también a muchos pacientes crónicos y ha producido una descompensación interna, metabólica y fallo multiorgánico que ha llevado a pacientes a la muerte más que en otros años. También se ha hablado de la afectación de la gripe, aunque estos cuadros están más que vigilados: "En teoría, cualquier enfermedad vírica que afecte de forma sistémica, que afecte a todo el organismo, tanto la covid, como la gripe, incide en especial al sistema respiratorio, pero afecta a todos los órganos, es decir, al riñón, pulmón, páncreas o cerebro. No se puede descartar nada, con la gripe española se sabe, por ejemplo, que aumentaron los infartos".
Algunos pacientes se han contagiado de covid y de gripe en poco tiempo, pero los expertos no creen que afecte más por ello. "No hay un número de casos descritos de forma tan alta como para que se puedan sacar conclusiones. Se pueden dar ambas, pero hay que investigar. Lo que es necesario es mantener el criterio de no englobar todos los cuadros como enfermedades respiratorias agudas, como se está haciendo. Debemos tener medios de diagnóstico para que, en situaciones así, sepamos si es gripe, covid o virus sincital", explica el doctor Armenteros.
En casos de muerte súbita, si no son judiciales y no quiere la familia, no se puede practicar autopsia. No se puede saber si la causa fue un infarto cerebral o un infarto cardíaco: "Solamente se diagnostica la muerte. Y entre los antecedentes puede haber tenido covid. Por ello pedimos investigar para comprobar si hay una relación causal de la covid y de la muerte súbita. Es lo que necesitamos que se estudie. Hay que dar una explicación a este exceso de fallecimientos que ha habido", destaca el doctor Armenteros. "Debería haber una normativa que investigue este tipo de muertes en una estrategia nacional. Por ejemplo, una estrategia de investigación para las muertes súbitas sin factores de riesgo", sentencia.
El experto, ante la problemática sanitaria, asegura que hay una tendencia natural, que es la que, dependiendo de más habitantes, o de mayor edad, habrá más muertes. Pero cuando hablamos de "25.000 muertos más", es que "son 25.000 más de los muertos esperados que iba a haber". Estamos hablando de "cifras preocupantes". Para eso hay que encontrar una causa, "es lo que necesitamos".
Los virus, como la covid, tienen preferencia por las arterias cerebrales. No obstante, los neurólogos no creen que haya una relación directa con el aumento de muertes repentinas. De hecho, consideran que no serían muertes súbitas, sino un proceso de deterioro. Así lo explica el doctor Pablo Mayo, adjunto de Neurologia en el Hospital Clínico San Carlos en Madrid: "En relación al concepto de muerte súbita en neurología, yo creo que el problema principal es que es poco frecuente. Cuando sucede, fundamentalmente puede ser derivado de una crisis epiléptica".
También puede derivar "de una causa vascular, que para provocar una muerte repentina habría de ser una hemorragia subaracnoidea, un hematoma intraparenquimatoso muy extenso o un ictus isquémico de la arteria basilar, pero que en última instancia provocaría un deterioro brusco y posteriormente progresivo del nivel de consciencia hasta la muerte, pero no una muerte súbita", señala Mayo. El neurólogo del hospital madrileño agrega: "Independientemente de la probable asociación entre exceso de mortalidad y covid, y que dicho exceso de mortalidad sea atribuible en ocasiones a una etiología neurológica, creo que no muchas podrían catalogarse de súbitas, si no quizá más bien de procesos agudos, principalmente ictus isquémicos que eventualmente desembocan en la muerte del paciente".