Los frutos rojos, también llamados frutos del bosque, son ricos en polifenoles, moléculas antioxidantes que se encuentran, en mayor o menor medida, en casi todas las plantas. En ellos destacan las antocianinas, lo que les otorga su característica tonalidad. Además, nos aportan muchos nutrientes, como también se ha descubierto recientemente que lo hace la harina de caqui.
Los frutos del bosque contienen mucha agua, vitaminas, minerales y fibra. Varias investigaciones vinculan su ingesta con una reducción del estado inflamatorio crónico, que puede derivar en enfermedades como la diabetes, obesidad o patologías cardiacas. Sirven también para limpiar el hígado, órgano vital para una buena salud.
Son muchos los estudios científicos que han confirmado que los antioxidantes combaten el envejecimiento celular y pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo. Para aprovechar estos beneficios, se recomienda comer la pieza entera, ya que las antocianinas se concentran más en la piel.
Cabe destacar que las fresas son ricas en vitamina C y B, los arándanos en C, y las moras en C y en E, además de estar repletas de diferentes minerales como el potasio, el calcio, el hierro o el fósforo. De las fresas destaca también su bajo índice calórico.
No obstante, no existe evidencia de que los frutos rojos sean mejores para la salud que otros vegetales ricos en polifenoles como los cítricos, la manzana, la cebolla, el tomate, la berenjena o los pimientos. Por ello, no existe una ingesta mínima recomendada ni son imprescindibles.
Aunque pertenecen al grupo de las rosáceas (el grupo de frutas más alergénicas), la alergia a los frutos rojos es relativamente poco frecuente. Hay más casos a partir de los cinco años y en la adolescencia. De este modo, tal y como recomiendan las sociedades científicas, no está justificado retrasar su introducción en la alimentación de los bebés.
Algunos de ellos, como los arándanos, se usan como tratamiento para diferentes enfermedades urinarias y, además, sus propiedades antioxidantes los hacen protectores de las capacidades cognitivas y de la vista. Otros, como las moras, ayudan a reducir el colesterol 'malo' y aumentar el 'bueno'.
En cuanto a mejorar el tránsito intestinal, resalta el poder de las frambuesas, una fruta que en tan solo 150 gramos hay 10,1 gramos de fibra y el 87% es agua. Las fresas, aunque con gran cantidad de agua (89,6%), tienen menos fibra, unos 3,1 gramos, pero todavía es una cantidad importante, más elevada de la que aporta la ciruela, considerada como un laxante natural.
Los nutricionistas aconsejan no obsesionarse con un determinado alimento e ingerir las cinco piezas de frutas y verduras al día, como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).