¿Qué es la bronquitis y qué síntomas la diferencian de una neumonía, mucho más grave?

El frío ya está aquí y, con él, las infecciones respiratorias. La congestión nasal, la tos, el moqueo y la fiebre son algunos de los síntomas más frecuentes, pero ¿cómo sabemos si tenemos una bronquitis o una neumonía? Aunque ambas tienen el mismo origen, sus consecuencias son muy diferentes, especialmente por su gravedad.

El reciente cambio de tiempo en España está dando lugar a una proliferación de virus y bacterias que se evidencia con toses, malestar, dolor de garganta, fatiga… ¿Te suena? Quizás tengas bronquitis, una inflamación de los bronquios, que empiezan en la tráquea y llevan aire a los pulmones.

Cómo diferenciar la bronquitis de una neumonía

La bronquitis generalmente es de origen vírico y no necesita tratamiento o se cura con antibióticos, en cambio la neumonía es más grave.

La neumonía es una infección en los pulmones que suele producirse por bacterias, por lo que generalmente se recetan antibióticos para tratarla. En niños, personas mayores o vulnerables, con enfermedades crónicas importantes como puede ser un cáncer, diabetes o una enfermedad cardíaca, una neumonía puede ser incluso mortal. De hecho, cada año mueren por neumonía en España alrededor de 9.000 personas.

Síntomas que diferencian una bronquitis de una neumonía

Generalmente, la bronquitis se manifiesta mediante la tos, congestión nasal, dolor de garganta, estornudos, irritación de ojos, dolor de cabeza o sensación de cansancio.

Los síntomas de la neumonía y que deben alarmarnos para ir a ver a un médico de inmediato son el dolor torácico, la dificultar para respirar y, como consecuencia sobre todo en personas mayores, desorientación o caídas. Cuando observamos estas señales, un especialista debe realizar una auscultación pulmonar o una radiografía para comprobar si existe una condensación y/o infiltrado pulmonar.

Se suele tratar con antibióticos o antivirales, pero si la neumonía se complica es necesario el tratamiento con oxígeno y si existe un derrame pleural o empiema, un tratamiento local y evacuación del líquido pleural. Las complicaciones más graves pueden suponer un fallo de función de algún órgano y/o sepsis grave, aunque es muy poco frecuente.

Según datos aportados por el Servicio Madrileño de Salud, su incidencia se sitúa entre los 2 y los 10 casos por cada 1.000 habitantes al año. En los países europeos la proporción de casos que son hospitalizados, por presentar criterios de gravedad, oscila entre el 20% y 40%.

Es la primera causa de mortalidad entre las enfermedades por infecciones en los países industrializados. En España, en el año 2019, se produjeron 9.384 fallecimientos por neumonía, representando el 2,2% de todas las muertes; 4.837 (2,3%) en hombres y 4.547 (2,2%) en mujeres, y se registraron 155.996 hospitalizaciones por neumonía en los hospitales españoles.