Las bacterias son microorganismos que conviven con nosotros día a día: las encontramos en nuestro propio organismo, pero también en todo lo que nos rodea, y muchas veces sus posibles efectos nocivos tienen que ver con su presencia en el lugar equivocado. Así, hay bacterias que resultan saludables y normales en ciertas zonas de nuestro cuerpo pero que, trasladadas a otro lugar, pueden causar enfermedades potencialmente graves, como es el caso de la neumonía, la faringitis o la gastroenteritis. El agua es un vehículo perfecto para el transporte de bacterias. Por eso es importante conocer qué bacterias son las más habituales en el agua y qué enfermedades provocan.
¿Qué bacterias son las más habituales en el agua y qué enfermedades provocan?
Puede que no lo supieras pero, cuando bebes agua potable, abres la puerta a la posibilidad de introducir en tu organismo todo tipo de bacterias, por mucho que se trate de agua potable. Los sistemas de tratamiento de aguas pueden fallar y, con ello, pueden aparecer infecciones potencialmente graves, muchas veces de tipo gastrointestinal. Por eso no es mala idea tener claro cuáles son las bacterias más frecuentes en el agua y qué efectos adversos puede tener su ingesta para nuestra salud.
Estas son las bacterias más habituales en el agua y sus efectos en tu organismo, recogidas por Aconsa Lab:
Escherichia coli o E. Coli. Esta bacteria es una de las más reconocidas por todos, precisamente porque es frecuente su presencia en el agua y en determinados alimentos y, con ella, el riesgo de infección. Los síntomas asociados a su consumo incluyen náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea, así como posibles cuadros clínicos graves, como infecciones del tracto urinario, bacteriemia y meningitis. Esta bacteria está presente en grandes cantidades en nuestra microbiota intestinal normal humana, donde en general no es dañina. En otras partes del cuerpo aparecen sus efectos indeseables.
Campylobacter jejuni. Las bacterias Campylobacter jejuni en el agua pueden causar infecciones cuyos síntomas suelen incluir calambres, diarrea, fiebre y dolor abdominal. Además, pueden producirse casos clínicos de artritis reactiva y meningitis, especialmente en niños. El agua es una fuente importante de transmisión de este tipo de bacteria, que es especialmente frecuente allí donde hay animales.
Shigella. Esta familia de bacterias, formada por las especies S. dysenteriae, S. flexneri, S. boydii y S. sonnei, puede causar cuadros clínicos de enfermedades intestinales, incluyendo la disentería bacilar. Los síntomas habituales son calambres abdominales, fiebre y diarrea acuosa, y la bacteria suele transmitirse a través de aguas contaminadas por vía fecal-oral.
Salmonella. Es otra de las infecciones bacterianas más conocidas y entre sus síntomas encontramos escalofríos, fiebre, dolor de cabeza, diarrea y dolor. La gastroenteritis, bacteriemia o septicemia, y fiebre tifoidea/fiebre entérica, son sus manifestaciones clínicas más frecuentes.
Legionella pneumophila. Esta bacteria puede provocar infecciones leves como la fiebre de Pontiac, o graves, como la enfermedad del legionario, una enfermedad neumónica que puede llegar a ser mortal. En el caso de la primera, los síntomas son similares a la gripe; en el caso de la segunda, aparecen fiebre, dificultad para respirar, tos y dolores musculares.