Un estudio exploratorio sugiere que las personas que consumen más alimentos con ácidos grasos omega-3 en la mediana edad pueden tener mejores habilidades de pensamiento e incluso una mejor estructura cerebral que las personas que consumen pocos de estos alimentos.
Según el estudio, publicado online de 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología, los ácidos grasos omega-3 se encuentran en pescados como el salmón, las sardinas, la trucha de lago y el atún blanco. También se encuentran en alimentos enriquecidos con estos ácidos grasos o en suplementos.
"Mejorar nuestra dieta es una forma de promover la salud de nuestro cerebro --afirma la autora del estudio, la doctora Claudia L. Satizabal, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas (Estados Unidos)--. Si la gente pudiera mejorar su capacidad de recuperación cognitiva y evitar potencialmente la demencia con algunos cambios sencillos en su dieta, eso podría tener un gran impacto en la salud pública. Y lo que es mejor, nuestro estudio sugiere que incluso un consumo modesto de omega-3 puede ser suficiente para preservar la función cerebral", añade.
En el estudio transversal participaron 2.183 personas con una edad media de 46 años que no padecían demencia ni accidentes cerebrovasculares. Se midieron sus niveles de ácidos grasos omega-3, se realizaron pruebas de sus habilidades de pensamiento y se les hicieron escáneres para medir los volúmenes cerebrales.
Las personas del grupo con niveles bajos tenían una media del 3,4% de sus ácidos grasos totales como ácidos grasos omega-3, frente a una media del 5,2% de las personas del grupo con niveles altos. Un nivel óptimo es el 8% o más. Los niveles entre el 4% y el 8% se consideran intermedios. Los niveles inferiores al 4% se consideran bajos.
Los investigadores ajustaron los factores que podían afectar a los resultados. También aplicaron un proceso matemático para normalizar los datos. Observaron que las personas que consumían niveles más altos de ácidos grasos omega-3 no sólo tenían puntuaciones medias más altas en una prueba de razonamiento abstracto, sino que también tenían volúmenes medios más grandes en la zona del hipocampo de sus cerebros, que desempeña un papel importante en la memoria.
"Estos resultados deben confirmarse con investigaciones adicionales, pero es emocionante que los niveles de omega-3 puedan desempeñar un papel en la mejora de la capacidad de recuperación cognitiva, incluso en personas de mediana edad", resalta Satizabal.
Señala que el estudio era una instantánea en el tiempo, y que no se hizo un seguimiento de los participantes a lo largo del tiempo, por lo que los resultados no prueban que el consumo de ácidos grasos omega-3 preserve la función cerebral, sino que muestran una asociación.