La salud mental se ha convertido en un asunto clave en la agenda política en España, y no es casualidad que así sea: la pandemia por coronavirus, con todas sus consecuencias para nuestras vidas, ha disparado la incidencia de la depresión, la ansiedad y el estrés, pero los datos previos a este evento tampoco eran nada alentadores y parece que la situación se encuentra lejos de mejorar. En España, a mediados de 2020 ya había 2,1 millones de personas con un cuadro depresivo, lo que supone el 5,25 por ciento de la población mayor de 15 años, según la más reciente Encuesta Europea de Salud, difundida por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, España es el país europeo con mayor prevalencia de trastornos mentales en niños y adolescentes de 10 a 19 años, según el último informe sobre el "Estado Mundial de la Infancia 2021", publicado por Unicef. Para que puedas luchar contra ella e identificarla en otros, toma nota de cuáles son los síntomas físicos de la depresión, más allá de sus síntomas emocionales.
La depresión es un trastorno emocional que provoca un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar determinadas actividades: es posible que, si sufres esta enfermedad, te cueste mucho trabajo realizar tareas cotidianas y que, de alguna forma, sientas que pierdes las ganas de vivir.
Esta enfermedad también puede llamarse 'trastorno depresivo mayor' o 'depresión clínica', y afecta los sentimientos, a los pensamientos y al comportamiento de una persona, teniendo la capacidad de provocar distintos problemas físicos y emocionales. Además, hay que tener en cuenta que no todas las depresiones son iguales, tanto por su origen como por los síntomas que experimenta quien la padece.
Tal y como recuerda Mayo Clinic, la depresión debe diferenciarse de la tristeza pasajera. Así, es normal que pasemos por periodos en los que nos sintamos tristes y desanimados pero, cuando hablamos de depresión, hacemos referencia a un estado que no desaparece de la noche a la mañana, que puede requerir tratamiento con medicamentos y que debe implicar algún tipo de terapia psicológica para poder salir de ella.
Debido precisamente al carácter estable de la depresión, es frecuente que, con el tiempo, aparezcan síntomas físicos cada vez más intensos y que estos se retroalimenten, empeorando nuestro estado de salud general. Si estamos abatidos es posible que abandonemos nuestra actividad física, que aparezcan dolores y una mayor debilidad como consecuencia, que seamos más propensos a sufrir otras enfermedades por alimentarnos peor y cuidarnos de forma precaria...
De hecho, luchar contra los síntomas físicos de la depresión puede ayudarnos en el proceso de superación de la enfermedad. Por ejemplo, la práctica de deporte es muy recomendable: se trata de una forma ideal de reducir el estrés y generar 'hormonas de la felicidad' de forma natural, como la serotonina.
Estos son los principales síntomas físicos de la depresión, recogidos por Cigna: